Él me da lo que nunca me diste.
Me da el arcoiris cada vez que me abraza
me da una catarata con sus besos
me regala silencios
crepúsculos añiles
y medianoche con cerrar los ojos.
Deja que llore sin enjugar mis lágrimas
deja fluir mi llanto y lo venera
porque sabe que el agua purifica
y no juzga mis múltiples pecados.
siempre que lo busco
está con su presencia centinela
entibiando mi sangre y mis aullidos.
Nunca se va, nunca me deja.
Nunca.
Y aunque sabe, mejor que nadie sabe,
que lo amo para apagar tu ausencia
me da su boca para que me sacie
y enciende ese fogón de la nostalgia
en el que incendio mi soledad de vos.
Esa que duele como el viento
que despeina mis sentidos.
Generoso hasta el dolor
penetra mis entrañas
y se derrama en mí
para que olvide.
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Bienvenida. Te deseo mucha suerte.