El viernes 18 de julio presentamos en el Icas el libro póstumo de Mirtha Isabel Amestoy: Cuentos de Amor y de los otros, editado por el Fondo Editorial Rionegrino.
Fue un momento cálido y emotivo, especialmente cuando vimos el power point con sus fotos.
Ausencia
Cuando muere un amigo
la muerte no es la misma.
Está mucho más cerca,
más viva, más urgente.
Y no alcanzan las manos
ni el llanto, ni el asombro
para frenar de golpe
tanto dolor entero.
Entonces aparecen
los recuerdos lejanos
los temores recientes
y una filosofía
para los que quedamos.
Pero somos conscientes
-unos más, otros menos-
de que es sólo muralla
tan débil contra el viento.
Cuando muere un poeta
no hay metáfora alguna
que transforme la dura
realidad del vacío.
No hay verso, no hay estrofa
ni humana sinalefa
que una nuestras vocales
al silencio y la nada.
Pero queda el consuelo
de leer tantas veces
como las que nos cueste
aceptar esta ausencia.
Leer cada poema
cada prolija trama
de la cosmogonía
de su literatura
y aferrar y aferrarse
a la hermosa certeza
de que el poeta vive
cada vez que lo leen.
Poeta, amiga,
mujer inmensa
prometo releerte
con los ojos ardiendo
cuando llueva en la pampa
cuando el invierno arrecie
o en las tardes calientes
La verdad es que te fuiste
para abrir el camino.
Y allí estás, esperando...
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