Un canto de sirenas te atrapó.
Y anclaste entre los llanos
para crear la vida.
Tus brazos como ríos
regaron con tu savia la matriz de la tierra.
Tus lágrimas llovieron
para engendrar milagros de espigas prometidas.
Yo soy el testimonio de tu dolor
enraizado en la morena cavidad del surco.
Y escuché tu plegaria
en los altares verdes de la pampa.
Alquimista de mieses
hay huellas en tus manos
donde crece la vida.
Vos conocés el nombre de la lluvia
y bautizás los granos con un himno de fe.
Vos transitás el tiempo
nutriendo a la simiente del futuro.
allá, cerca del cielo
donde la patria duerme.
©Olga Liliana Reinoso
(Estar con vos –Poemas – Editorial Rayuela – Buenos Aires, septiembre 1982)
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