Hay palabras que duelen
más que mil cachetadas:
las palabras humeantes
que hostigan los recuerdos
como una fusta airada por el viento del sur.
Las palabras injustas
es tsunami insepulto
y veneno de dudas.
¿Quién las pone en la boca
para morder al otro?
¿Qué oscura idiosincrasia
las dibuja en la mente
para parir su odio
sobre un pecho querido?
En la vasija de esta vida triste
retumban como un eco
como un tambor eterno
como una herejía.
Son la pesada cruz
en los harapos
carbones encendidos
bajo los pies sin rumbo.
Si se hubieran callado
si el silencio las hubiera cercenado en la boca
hoy las crueles espinas
que laten en las manos
serían brotes de espuma
aromas
terciopelos.
©Olga Liliana Reinoso
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Bienvenida. Te deseo mucha suerte.