LA MAÑANA
La noche dice adiós
y se desnuda.
Cuelga su lencería de luciérnagas
y de su impenetrable
terciopelo
llueven pétalos azules y violetas.
Abre sus piernas en el horizonte
y da a luz una niña
que crece luminosa.
Entre gasas brillantes,
transparentes,
menea la doncella su
donosura.
Bebe diamantes
azula el mar, el cielo.
Y danza.
Convertida en gaviota,
picotea de amor
al nuevo día.
©Olga Liliana Reinoso
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