Nació En Buenos Aires en 1967. esacheri@hotmail.com
Libros: Esperando a Tito y otros cuentos de fútbol; Te conozco Mendizábal y otros cuentos. Lo raro empezó después. La pregunta de sus ojos (guionó con Campanella El secreto de sus ojos, basada en su novela). Un viejo que se pone de pie y otros cuentos.
Organizó el encuentro la Subsecretaría de Coordinación dentro del Plan Provincial de Lectura - Entre textos, espacio para compartir lecturas.
Leyeron Marcelino Boto y Gustavo Rodríguez. Narraron Gabriela Iglesias y Oscar Giménez.
Querido Dios:
Organizó el encuentro la Subsecretaría de Coordinación dentro del Plan Provincial de Lectura - Entre textos, espacio para compartir lecturas.
Leyeron Marcelino Boto y Gustavo Rodríguez. Narraron Gabriela Iglesias y Oscar Giménez.
Querido Dios:
A veces se me da por pensar cómo es el paraíso. Ya sé, Dios, ya sé que no va cualquiera, ya lo sé. Pero pongamos que uno se ha portado más bien que mal. Y que finalmente la cosa tiene premio.
¿Qué pusiste vos del otro lado? ¿Cómo será el asunto? ¿Será un único cielo para todos? ¿Andaremos todos juntos, encontrándonos y despidiéndonos después? ¿O será más bien algo hecho como a medida, una especie de cielo personal, para que uno vaya y le ponga lo que más le gusta, como cuando uno es chico y tu vieja te pregunta de qué querés la torta de cumpleaños? O a lo mejor son las dos cosas: en la calle te encontrás con todos, y tu casa la armás a tu gusto.
Vaya uno a saber. Pero por si acaso, y supongamos que uno pueda hacer peticiones, yo ya tengo dos preparadas. Las tengo de memoria, por si acaso en el momento de rendirte cuentas me trabuco y se me piantan.
Primero: no quiero que transmitan los partidos. Te lo pido por favor. Nada de estar comiéndome los codos con la campaña de Almirante. Ya me banqué bastantes amarguras acá abajo, la pucha. Aparte, mirá si pasa algún delegado tuyo y me manyan puteando al lineman o al perro ese que acaba de errar un gol hecho. Y después se me arma un lío de novela con vos, y yo qué sé, ponele que me rajan.
Y lo otro es que haya una cancha. Una cancha posta ¿sabés? Con el pastito bien verde y parejito. Capaz que ahí nadie juega. Capaz que andan todos en otra, cantando,tocando el arpa, vos debés saber. Aunque no haya con quién juntarse a patear, a mí no me importa. Pero que la cancha esté. Y que haya un balón, claro. Porque si voy al cielo quiero hacer lo que más me gusta en la vida. Y otra cosa: que en la cancha llueva, porque con lluvia es más lindo ¿te imaginás? El trotecito corto. El agua resbalándome por la jeta. El olor a pasto mojado. La bola cortita y al pie. ¿Qué más se te puede pedir, decime?
No te pido más nada, Dios. Lo demás que sea como vos dispongas. Pero por favor, en serio, por favor: que la cancha esté.