En esta alteridad
que me descubro
porque me duele tu dolor
y se me ensancha el alma,
salgo de mí
del encierro egoísta
del culto a mi ombligo
del espejo unitario.
Salgo de mí
a recorrer tu noche
caminar las veredas más oscuras
palpar los muros
acariciar tus árboles maltrechos
y rescatar del suelo esa flor roja.
Te dejo una esquela en el buzón
y te obsequio un poema.
Los dioses post modernos
los adoradores del individualismo
los necios, los omnipotentes
desconocen el placer genuino
de brindar la mano.
Entonces el espejo
se multiplica y canta
y uno se vuelve fronda
donde anidan los pájaros.
Es cierto:
Estamos condenados a la soledad
pero uno siempre puede hacer algo.
©Olga Liliana Reinoso
del encierro egoísta
del culto a mi ombligo
del espejo unitario.
Salgo de mí
a recorrer tu noche
caminar las veredas más oscuras
palpar los muros
acariciar tus árboles maltrechos
y rescatar del suelo esa flor roja.
Te dejo una esquela en el buzón
y te obsequio un poema.
Los dioses post modernos
los adoradores del individualismo
los necios, los omnipotentes
desconocen el placer genuino
de brindar la mano.
Entonces el espejo
se multiplica y canta
y uno se vuelve fronda
donde anidan los pájaros.
Es cierto:
Estamos condenados a la soledad
pero uno siempre puede hacer algo.
©Olga Liliana Reinoso
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