viernes, 24 de julio de 2009

"Chicas" - Por Jorge Lanata





Aunque estamos lejos del 8 de marzo, este texto me encanta. Me parece de una ternura increíble. Por eso lo pongo hoy.




Hoy es el día internacional de la mujer, o algo así, y quería -con muchísimas prevenciones- contarte alguna cosa sobre eso. Lo de las prevenciones es natural: cualquier mujer se enoja si se habla de ellas sólo en su día, y te salen con aquello de "Che, no es el día del animal". Y es posible también que se enojen si no se habla, o que de inmediato lo critiquen si quien habla de las mujeres es un hombre. Yo sólo quiero contarte sobre algunas mujeres que conocí en mi vida, y para evitar una visión teleclic te aclaro que van desde mi madre a mi hija, pasando también por mujeres que quise y quiero, por mujeres que vi, por otras de las que me hablaron y por algunas que me tomo licencia para inventar. Hasta cerca de los dos años los ojos de mi hija eran los ojos de un bebé: una mirada curiosa y atolondrada. Por esa fecha fue cuando, de pronto, ella comenzó a mirar distinto. No sé por qué pasa eso a los dos años, pero la mirada de mi hija se volvió encantadoramente oblicua y algo distante, y podía verse en sus ojos que ella se había vuelto mujer: había construido su secreto, ella ahora tenía algo que yo no iba a alcanzar jamás. En sus ojos y en su piel -que es también mi piel- había crecido, de pronto, un endeble pero impenetrable muro de hiedra que yo no podría cruzar. Conocí durante mi infancia, en Sarandí, mujeres con ese y otros secretos. Conocí mujeres que arrastraban un sueño roto. Y que salían todos los días a la misma hora a barrer la misma vereda, y se quedaban con la mirada perdida hacia la Avenida Mitre, esperando a alguien que no iba a volver. Conocí también mujeres extranjeras, que comían y comían, y comían de todo y se defendían comiendo. Conocí a otras mujeres que cuidaban a sus pollitos con el recelo de las gallinas. He escuchado en mi vida, de las mujeres, los argumentos mas increíbles y encantadores: una mujer puede hablar con la convicción de un Premio Nobel sobre una cosa que se llama henna y que es un barro egipcio que te tiñe el pelo de colorado. No sé qué les pasa a las mujeres con el futuro, qué desean y temen; pero las siento, por naturaleza, inclinadas al futuro. Conocí muchas, muchísimas mujeres aburridas -porque pensaré que su aburrimiento fue siempre culpa de los hombres?- son mujeres que casi dejaron de serlo. He visto mujeres ordenando cajitas, pedacitos de tela, papel de envolver, piolines de papel regalo, entradas de cine, recortes de diario, fotografías, llaves viejas, ramitas, metiendo o sacando todos esos objetos de bolsos, o cajones, puteando porque jamás encuentran nada. He escuchado a mujeres acordándose de cosas que yo nunca recordaría y las he visto también mirándose entre sí, como dos tigres que se rodean, olfateándose, dentro de una jaula. He visto también mujeres alegres, y muy alegres, y un poco borrachas, o borrachas del todo, y siempre hay un tajo de tristeza que les aparece en el alma. Algo que se perdió, que se está perdiendo, tal vez sea el tiempo, que sienten como un gusanito que les camina por el brazo. Es inexplicable cómo las mujeres pueden relacionarse con las plantas, tan inmóviles y dependientes, tan subordinadas, iba a decir: tan atadas a los ciclos y tal vez sea esa sujeción la que las une, los ciclos de la luna, la lluvia, la tierra, el sexo, la maternidad. Encontré en un hombre la mejor definición de las mujeres, en Caetano Veloso cuando dice que "Tigresa, con algunos hombres fue feliz, y con otros fue mujer". Otro padre, Vinicius, el viejo vica, fue acusado de machista cuando escribió que las chicas, en la noche, "rehacen misteriosamente su virginidad". Debo querer decir, con algunas de estas cosas, que las mujeres sueñan. Creo que también Ernesto Sábato fue acusado de machista cuando escribió que la mujer contiene y el hombre expulsa, y que es el ser físico el que les condiciona el alma. Sinceramente no sé cómo son, y no creo que tampoco sean como me las imagino. Nunca vi a los hombres pelearse tanto entre ser niños y padres a la vez. Vi hombres con carnet vencido, que se creen adultos, y hombres-niños definitivos, que caminan por la cornisa. Pero siempre vi mujeres peleándose con el espejo: primero son nenas que acaban de romper un vidrio, de golpe madres, después tías solteras. Mujeres en un mundo de hombres, condicionadas por lo involuntario, obligadas a la belleza. Conocí mujeres junco y mujeres topadora, y creo que todas sabían que la belleza es sólo un estado de ánimo. Conocí también mujeres cínicas, y parecen hombres. Conocí mujeres viejas encantadoras, y no hay nada más encantador que una anciana encantadora ejerciendo la seducción de su especie. He visto a mujeres pocos minutos después de un parto y no hay ninguna mirada que pueda compararse con la de una mujer que acaba de dar a luz, ojos llenos de plenitud, y de violenta confusión. Supe también, por las mujeres, que muchas veces la fuerza es la debilidad y la debilidad es la fuerza. He visto a muchos hombres -a mí mismo, por empezar- preocupados por averiguar el pensamiento de las mujeres "uno puede respetar en una mujer la libertad de costumbres pero nunca la libertad de espíritu", bromeaba Paul Eluard. Soporto que te acuestes con otro, pero no que pienses en él... ¿En qué pensás? Son realmente increíbles estas chicas con secreto incorporado que pueden matarte por envenenamiento y que construyen, con lentitud, la telaraña que sea. Ahora quizá se sonrían por lo poco que, quien les habla, sabe de las mujeres. Y en el fondo no es malo que toda esta perorata haya servido aunque sea para que se rían, porque algunas de ellas se ríen poco, y les encanta reírse, pero no lo dicen, porque vaya a saber quién les robó sus muñecas. Sí, ya sé que las mujeres científicas, y las pioneras en algo y -no quiero ser frívolo, que se entienda bien- pero ya sé también las putas e injustas diferencias de salario, y los tipos sobones, y los planes de esterilización, y los ex maridos que no te pasan un mango, y las minas golpeadas, y las madres solteras. No quería acordarme hoy de todo eso, trato de trabajar mejor para que eso no pase. Creo en la igualdad entre los sexos porque creo en la igualdad, no en los sexos. En los sexos no se cree, los sexos son. La igualdad se construye, o se pelea por ella. Pero... sabés qué? es el día no sé qué de la mujer, y quería contarte eso: que son increíbles, e inaccesibles, y que ojalá tuviéramos los hombres su capacidad para soñar, y sus chispitas eternas en los ojos.

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