Oda al limón
De aquellos azahares
desatadospor la luz de la luna,
de aquel olor de amor exasperado,
hundido en la fragancias
alió del limonero el amarillo,
desde su planetario
bajaron a la tierra los limones.
¡Tierna mercadería!
Se llenaron las costas,los mercados,
de luz, de orosilvestre,
y abrimos dos mitades de milagro,
ácido congelado que corría
desde los hemisferiosde una estrella,
y el licor más profundo de la naturaleza,
intransferible, vivo,irreductible
nació de la frescura del limón,
de su casa fragante,
de su ácida, secreta simetría.
En el limón cortaron los cuchillos
una pequeña catedral,
el ábside escondido
abrió a la luz los ácidos vitrales
y en gotas resbalaron los topacios,
los altares,la fresca arquitectura.
Así, cuando tu mano empuña el hemisferio
del cortado limón sobre tu plato
un universo de oro derramaste,
una copa amarilla con milagros,
uno de los pezones olorosos del pecho de la tierra,
el rayo de la luz que se hizo fruta,
el fuego diminuto de un planeta.
PABLO NERUDA
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