domingo, 8 de diciembre de 2013

MUJER HECHA A MANO

Ignota
Incomprendida
Sólo yo
Nadie
Nunca
Pequeña
Dolorosa
Me hice a la mar
 A nado, a nada.
Me salvé del naufragio,
De seres mitológicos.
Eludí tiburones
Nadé varios estilos
Sin saber
Sin querer
Me morí tantas veces
Que ya perdí la cuenta
Fui mi primera víctima
Mi tortura
Mi llanto.
Lo tuve todo y lo perdí de golpe.
Anochecí de día, de mañana
Lloví a cántaros
Nevé en pleno verano.
Fui combustión y frío
Fui desvelo y autismo
Me suicidé viviendo
En los cafés sin gente
Inventé un microcosmos
Luché contra el oráculo,
Desafié al Minotauro.
Con el hilo de Ariadna
Ahorqué mis sentimientos.
Perdí todas las guerras,
Las batallas.
Defendí causas muertas,
Creí en mis asesinos.
Tuve sexo a destajo y después me asexué.
Anduve en las cornisas
De los gatos huraños.
Fui perro vagabundo
Fui insecto
Fui paloma
Y alcé el vuelo
Hasta el oculto nido del deseo.
Mi deseo sagrado:
-No traicionarme nunca-
Lo violé algunas veces, muy pocas, casi nunca.
Y me erigí en muralla
De cara a todo el viento.
Desagoté mi sangre,
Viví el coito más duro
Con el dolor en llamas.
Y hoy descubro la hermosa fortaleza,
La vulnerabilidad abigarrada,
El arma secreta.
Canto a viva voz
La canción del triunfo,
 mi himno favorito.
La bandera enhiesta
Mi estandarte íntimo.
Fui contra el destino
Y armé mi destino
Soy lo que me hicieron
Pero sobre todo
 Soy lo que yo hice
Y estoy orgullosa
Soy la millonaria vestida en harapos
Pero construí puentes a la luna llena.
Superávit  de alma
De amor y demencia.


EN EL ESPEJO II

Un astro que se quiebra en mil cenizas,
rasguña cielo y mar
en un intento absurdo de vivir.
Una burda figura
sin gracia, sin donaire, sin destellos,
una horrible mujer que se desangra.
 Todo lo que brindó, todo es desecho
es un inerte cuerpo maloliente.
Ojalá que los fuegos del infierno
puedan cremar la última esperanza.
Un ser sin esperanza es una momia:

la momia que hoy deambula en el espejo.

EN EL ESPEJO I

Un toque de dolor bien maquillado,
la mueca travestida
y el ímpetu sanguíneo
bordea las orillas.
Quién me dice quién soy.
Mi propia sudestada
telescopio que mira para adentro
y descubre planetas
donde todavía hay agua.

Grieta azul
desleída
un cuerpo de mujer atravesado
por los años y los sinsabores.
Cicatrices reales
penas empoderadas
una fuerza ancestral
raíz y parto.
Orgullo, convicción y fe
el pubis de la vida me sonríe
porque soy tierra, fuego
cueva de los secretos
aires de danza

agua que muda la mentira.