jueves, 27 de febrero de 2014

VALQUIRIAS



Se encendieron los fuegos 
-la nieve se hizo trizas-

Y parieron un río de palabras
que apagaron la sed
de jóvenes febriles.

Fueron la luz y la huella,
ese cielo incomprendido
que nos destiñó hasta el alma.

Noche de aromas agrestes
para nombrar la nostalgia,
no beber la gota ciega
de aquel cristal estragado.

Ir a la playa, desnudas,
como sirenas o estrellas.

Llanto de mar melancólico
versos de arena
en las sienes.

Trashumar fogata y vida
con urgencia de jazmines.

Y en la última mirada
agonizar de amor.
Correspondido.

domingo, 23 de febrero de 2014

NO ES


Lo escondo,
lo amortajo,
lo destierro.
M exilio de su piel,
me niego al regocijo.
Parece que se va.
Pero regresa,
ataviado de niebla.
En  la noche,
su voz de chasqui
 me deja el recado
al borde del suspiro.
No es el amor
sino la eternidad.
Yo siento que me abriga
me devuelve mujer.
Y a veces, en secreto,
sucede que lo extraño.

©Olga Liliana Reinoso

MUJER ARTESANAL

Lo tuve todo y lo perdí, de golpe.
Anochecí de día,
lloví a cántaros,
nevé en pleno verano.
Fui combustión y frío
fui desvelo y autismo.
Me suicidé viviendo
en los cafés, sin gente.
Me salvé del naufragio
entre seres mitológicos.
Me morí tantas veces
que ya perdí la cuenta.
Fui mi primera víctima,
mi tortura,
mi llanto.
Inventé un microcosmos.
Luché contra el oráculo,
desafié al Minotauro.
Con el hilo de Ariadna
ahorqué mis sentimientos.
¡En tantas batallas fui derrotada!
Defendí causas muertas,
creí en mis asesinos.
Anduve en las cornisas
de los gatos huraños.
Fui perro vagabundo
fui insecto
fui paloma.
Y alcé el vuelo.
Y me erigí en muralla.
y di la cara a todos los vientos.

Y aquí me tienen.
La marquesa vestida en harapos
que construyó puentes a la luna llena.
Sólo yo
en el amor y en la demencia. 

domingo, 9 de febrero de 2014

EL AMOR DE MI VIDA

Yo también, como tantos otros, tengo “Un amor de mi vida” que, por supuesto, no está conmigo. Y no lo digo con sorna, sino con la convicción de que siempre idealizamos lo que no tenemos.
“No hay nada más bello que lo nunca he tenido, nada más amado que lo perdí (…) (Lucía – Joan Manuel Serrat).
En los años de su manifiesto antiperonismo, Borges recibía llamadas anónimas con amenazas de muerte, hasta que un día exhortó a su interlocutor: “Véngase a la calle Maipú y toque el timbre. Casi siempre atiendo yo la puerta. Pégueme un tiro. Se lo voy a agradecer. Morir joven es un pasaporte a la gloria y sino fíjese en Lugones, Gardel, Quiroga.” Yo agregaría, Evita, Che Guevara…
¿Pensaron alguna vez que sería de nuestros grandes mitos si hubieran muerto a los 88 años?
Así pasa con el amor de nuestras vidas que, lejos de envejecer a nuestro lado nos abandonó porque se casó con otra/o, o porque se murió.
Entonces, nadie estará a su altura, siempre superará las expectativas y sus virtudes tendrán efecto de soda cáustica sobre sus nimios defectos.
Tristemente, son muy pocos los que conviven –Honesta y sinceramente- hasta el final con “el amor de sus vidas”.
Generalmente, uno se conforma con alguien no demasiado malo, imperfecto pero mentalmente casi sano, de luces intelectuales de bajo consumo, con el absurdo consuelo de haber vivido ya el gran amor y misión cumplida.
O se queda sola,  porque jamás encontrará a alguien que esté a su altura.
Mentiras impiadosas. Paparruchadas.
Ni hubo tal amor perfecto, ni nos volvimos tan selectivos.
Lo cierto es que lloramos, nos sentimos frustrados, usamos parches horribles, hasta que un día, por instinto de supervivencia, hicimos las paces con la soledad. Y hoy nos llevamos de rechupete.
Pero sin negar que somos sobrevivientes del desamor y que nos hubiera encantado encontrar una buena compañera/o, un amor común y silvestre, con quien compartir este duro oficio de vivir que, a veces, se torna insoportable.

©Olga Liliana Reinoso

Domingo 9 de febrero de 2014

HACER POESÍA

Hacer poesía con tus ojos 
con tu boca
con tu pies cansados
con el pájaro de mi imaginación
y con el que tiene plumas.
Hacer poesía con la fruta
con la flor
con el sexo.
Con el cordón de la vereda
con tu nuca
con la esperanza de esperarte siempre
con las manos
con los olores, los sabores
las texturas
con los cuatro elementos
con el atardecer
y con su antónimo
con el rugir del mar
con la locura
con el viento que arrasa
y con la brisa
con la mesa redonda
con la música
con el insecto de la ronda lironda
con tus uñas
con la paz en minúscula y mayúscula
con la vida que crece
con la risa
con un golpe de suerte
con el frío
con esa voz que llama
con el tango
con la ciudad frenética
y la lágrima.
Con tu carita de lucero agreste
con la seda madura
con la entraña
con la muerte que miente
o la mascota
con la traición de tantos malnacidos
con el silencio
y la palabramada
con las caminatas
o la bicicleta
con la ropa limpia
y el destiempo.
Con la posibilidad de enamorarse
al confundir las señales
con la edad la vejez la niñez
la terca adolescencia
que no hace cambio de domicilio
con la política
con los dioses
con las barajas y los vaticinios.

La poesía está en todas las cosas
sólo hay que saber mirar.

Hacer poesía con todas las cosas es fácil.
Y es difícil.

©Olga Liliana Reinoso

lunes, 3 de febrero de 2014

"ESTA MIRADA"


Esta mirada caminó los infiernos con el Dante
se quedó cuadripléjica de pena
masticó horrores y ejércitos de miedo
fue violada hasta el iris
anduvo los desiertos de la vida
parió llantos y selló su boca.

A dentelladas, la dejaron ciega
llovió la sombra de su beso inútil
fue gitana danzando en bulerías
y aguarrás y metal y piedra y fango.

Esta mirada repta con culebras
en cuevas prehistóricas
y busca las palabras amarillas
para apagar con flores la metralla.

Tirita en el verano
y crepita de sed sobre la nieve
se muere de gaviotas y meandros
en la séptima estrella.
Por eso es cintilar en la espesura
y célula de fuego
golosina de andrajos, y cadáver
insepulto, piadoso y malviviente.

Su derrotero está en el mar que aúlla
en la escuálida copa de la vida.

Esta mirada aborta las miradas
de los impunes que le dieron muerte.

Olga Liliana Reinoso
2/febrero/2014