jueves, 31 de octubre de 2013

UBUNTU

Ubuntu corazón
aunque las lluvias
aunque el rastrero andar del miserable
aunque la injuria
y la maldita boca
que escupe hieles
por su abismo interno.
Ubuntu corazón
aunque las llamas
quieran incinerar tus ojos buenos
siempre habrá un fuego amigo
que te abrace
para darte calor
y abrazo eterno.
Ubuntu corazón
mandala al córner
a esa pelota lanzada con la furia
del destetado en medio de la noche.
Ubuntu corazón.
Lanza tus luces
tu palabra de fe
tu digna risa
tu caricia mil veces bienhechora
para la piel del mundo
que te espera.
Ubuntu corazón
seca tu llanto
que tus lágrimas sólo laven el alma
del ser impuro y malquerido
al que perdonas.
Porque entiendes que daña el más dañado.
Entonces, compasión y enhorabuena.
Vos sos candil
sos brisa
y eufonía.
Ubuntu corazón
honra la vida.
©Olga Liliana Reinoso

31 de octubre de 2013

miércoles, 30 de octubre de 2013

las ramundo y BELÉN

Momentos de reencuentro y felicidad que ya no existen, porque la señorita SILVIA RAMUNDO, a la izquierda de su monitor, nos ha convertido en víctimas de acoso cibernético a mi hija y a mí.

lunes, 14 de octubre de 2013

EL LABERINTO DE LOS ARGENTINOS



Cuando la noticia llegó a Ginebra, el encargado cultural de la embajada argentina en Suiza corrió alborozado a contársela.
- Borges, se firmó el decreto para su repatriación. Pronto podrá volver a la Argentina.
Inmutable, Borges pareció no escuchar.
El funcionario continó, alborotado y efusivo.
- Es un acto de justicia, maestro. Usted debe descansar en su tierra. Usted es argentino. Además hay que demostrarles a aquellos cretinos que eran todas mentiras eso de no querer morirse allá. Fueron circunstancias y ahora llegó el momento de la gran reparación histórica...
El escritor, molesto por tanta verborragia injustificada, salió de su mutismo y preguntó:
- Pero...¿usted está seguro de que los argentinos quieren que yo regrese?
- ¡Por supuesto! Aunque un poco tarde, su prestigio ha crecido de manera considerable. Sobre todo a partir de 1999, cuando usted cumplió cien años. Ahora todo el mundo lee sus obras y se hacen seminarios sobre su literatura y se filman películas con su vida y los chicos que navegan por Internet descubren sus poemas y los repiten y...
- No abuse de la polisíndeton.
- ¿Cómo...cómo dice?
- Que me parece una exageración.
- Pero qué dice, usted se lo merece. Y mucho más. Además, lo necesitamos. El país está en crisis y el gobierno tiene que sensibilizar a la gente con un gesto a lo grande. Y por otra parte, volverá a estar cerca de aquella manzana de Palermo. El presidente ya está imaginando el discurso con que va a recibirlo.
- Esas son naderías, jovencito. Y ahora, si me disculpa...
- Borges retornó al silencio, pero algo como un aguijón de nostalgia le presionaba el pecho.
- No nos une el amor sino el espanto –musitó entrecortadamente y sintió que, otra vez, lo único que faltaba era la vereda de enfrente.

Comenzaron los trámites burocráticos del traslado mientras la prensa aprovechaba el hecho para transformarlo en una nueva contienda política y los miembros de los diferentes partidos sacaban a relucir viejos rencores a través de los cuales sólo asomaban las mezquindades humanas pero la literatura borgeana era la gran ausente. Algunos se preguntaban si todo ese movimiento tenía sentido, si el retorno de Borges los haría un poco mejores o volverían a las andadas después de las ceremonias. Entretanto, en Ginebra, el anciano escritor seguía dudando. ¿Cómo era esto de que su literatura se había vuelto tan popular? ¿Qué había pasado? Acaso simplemente los argentinos seguían fieles a esa costumbre necrofílica de honrar más a los muertos que a los vivos...
Una tarde, cuando ya estaban ultimando los detalles de su regreso, Borges inquirió ante el entusiasta empleado consular:
- Joven, perdone mi ignorancia. Usted me habló de Internet...
- Sí, maestro, Internet es una red compuesta por millones de computadoras distribuidas por todo el mundo; es la ví de acceso a una amplia gama de información y servicios. Los jóvenes son los que más la usan y gracias a eso lo han descubierto a usted...
- ¿Y podría recordar qué poemas gustan a los jóvenes?
- Hay dos, especialmente, que los tienen atrapados. Hasta han hecho posters para regalar o colgar en sus cuartos. Se llaman “Instante” y “El árbol de los amigos”.
La mano del viejo hombre de letras se crispó sobre el bastón. No entendía el humor de su interlocutor, pero como quien se aferra sin saber o sin querer a una esperanza, él esperaba el remate de ese chiste de mal gusto. Que no llegó.
- No sé de qué me habla.
- No me diga, Borges, que no se acuerda de haber confesado que comería más helados o daría más vueltas en calesita y que andaría descalzo desde comienzos de la primavera...
A esta altura, la conversación se había vuelto insostenible. Borges no disimulaba su malestar, ante el azoramiento del funcionario público que no comprendía lo que pasaba. En un murmullo apenas audible, dijo:
- Jamás escribí algo así, jamás podría haberlo escrito. Ni yo, ni el Otro ...No puedo regresar.
Y cerró los ojos.

jueves, 10 de octubre de 2013

QUIZÁ

Quizá la risa
o el color del viento
o el escote sutil de la utopía.
Quizá sucedió así
y no hubo testigos.
Pero en la luna virgen de tus ojos
navega la certeza.

viernes, 4 de octubre de 2013

OJOS

Los ojos de Benicio
Son un océano de promesas
Un abismo de amor
Un mirador para atisbar la vida.
Son las aguas profundas del futuro
La alborada
El brote en primavera

La esperanza.

jueves, 3 de octubre de 2013

LAS LIBRERÍAS



Me gustan las librerías. Me encantan. Me quitan el aire.
Me gusta recorrerlas despacio, como acariciando un cuerpo amado y deseado.
Nunca vi tan refinada mixtura entre lo sagrado y lo profano, un poco de templo y otro poco de albergue transitorio, como en las librerías.
Entro con adoración y expectativa de placer.
Las librerías tienen un olor irrepetible, un silencio elocuente, un colorido entrañable y el misterio, sobre todo, el misterio.
No importa si los libros son nuevos, artesanales, usados, incunables.
La magia está en el aire, desde el foquito de luz macilenta o los tubos enceguecedores hasta el piso, el machimbre que se queja como un fueye, acompañando el tango abolerado de los pasos.
Si espío los ojos y las manos de los paseantes descubro gula, misticismo, avidez, ternura, religiosidad.
Porque esos rincones son una invitación al viaje, al vuelo, a la imaginación intrépida.
Ando por los pasillos, inclinada sobre las mesas o empinándome frente a los anaqueles, leyendo títulos, nombres que producen un cosquilleo y un temblor, devorando las contratapas en busca de la clave, de la cifra.
Y de pronto, elijo un nombre desconocido porque algo me llama, me convoca y porque cuando me sumerja entre esas páginas va a comenzar una aventura.
O busco ese nombre venerado que viene con garantía de éxtasis o voladura de sesos.
Nunca salgo con las manos vacías. Siempre salgo con el corazón en vilo.