sábado, 24 de enero de 2015

interrogantes

INTERROGANTES
¿Qué hacer con la casa cerrada
y los cuartos oscuros?
¿Qué hacer con las cenizas esparcidas
y los poemas muertos?
El beso que se fue ¿volverá un día?
¿Qué hacer, cuando a la medianoche

un roce inesperado nos despierta?
EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA

Las mujeres se sientan detrás de sus sueños a esperar por los hombres
y los hombres no vienen.

Las mujeres les quitan la cáscara,
les echan sal y azúcar,
los ponen al fuego,
les dan vuelta y vuelta.

Y los hombres no vienen.

Y se pasan, se pasan...

Y los sacan del horno.
Y se van hasta el patio.
Y se los comen.
Solas.

*

Milena Rodríguez Gutiérrez (La Habana, Cuba, 1971)
de El pan nuestro de cada día, Universidad de Granada, 1998
http://emmagunst.blogspot.com.ar/2015/01/milena-rodriguez-gutierrez-2-poemas-2.html
(*) s/d del autor de la fotografía

sábado, 17 de enero de 2015

PENUMBRA

PENUMBRA

Esta luz franciscana
este frescor de más allá del mundo
nos despoja de los rumores tóxicos
nos libera de la manada hostil
nos transforma en milagros impolutos
que, a punto de caer
en las horas de la ciénaga
levan anclas
y se mimetizan
con lo puro y aéreo
de la infinitud.

Silencio violeta de una penumbra que nos acaricia con sus manos de seda.
Directamente al alma,
sin peaje.

Volaremos tomados de la mano
en un viaje sin límites.


jueves, 15 de enero de 2015

SUSPIRO

El suspiro
Sus aguas turbulentas
sus manos de pianista
las fusas, las corcheas
el diapasón oscuro
del río que se evade.

Se quedó en el suspiro
 como última mentira.

Se fue
sin despedirse.


Pero quedó  el suspiro.

SEMILLAS AL VIENTO

En las aguas profundas
pliegues de luz me guían.
 Mi corazón diseminado
entre los girasoles.
Y el alma vagabunda
silba melodías inventadas.
Yo me aferro a su mano
a su decencia
a esa estirpe  generosa.
Lanzo semillas en el viento
como un racimo de bondades.
De ese verdor soy  consecuencia
y sus gajos de paz me salvaguardan.
Cuando el amor es natural
la muerte no puede derrotarlo.
Como una sombra amiga nos envuelve
para que no lastime la distancia.

lunes, 12 de enero de 2015

ANÓNIMOS

ANÓNIMOS

¿Quién los llora?
¿Quién los busca en la boca de la ausencia?
¿Quién repite su nombre como un rezo?
¿A quién le falta su meneo o su canto?
¿Su ladrido que abraza
su maullar que acaricia?
Desolación sin tregua
olvido perentorio
la indiferencia humana
pasa sin inmutarse.
Pero mi corazón
se congestiona
y aunque es rauda mi pena

les brindo una mirada.

HACER POESÍA

HACER POESÍA

Poesía con tus ojos
con tu boca
con tu pies cansados.
Poesía con la fruta
con la flor
y con el sexo.

Con el cordón de la vereda
con tu nuca
con la esperanza de esperarte siempre.

Con las manos, los olores, los sabores
las texturas.
Con los cuatro elementos
con el atardecer
y con su antónimo.

Con el rugir del mar
 con la locura
con el viento que arrasa
y con la brisa.

Con la mesa redonda
con la música
con el insecto de la ronda lironda.

Con tus uñas
con la paz en minúscula y mayúscula
con la vida que crece
con la risa
con un golpe de suerte
con el frío.

Con esa voz que llama
con el tango
con la ciudad frenética
y la lágrima.

Con tu carita de lucero agreste
con la seda madura
con la entraña
con la muerte que miente
o la mascota.

Con la traición de tantos malnacidos
con el silencio
y la palabramada.

Con una caminata
o con la bicicleta
con la ropa limpia
y el destiempo.

Con la posibilidad de enamorarse
al confundir las señales
con la edad la vejez la niñez
la terca adolescencia.

Con la política
con los dioses
con las barajas y los vaticinios.

La poesía está en todas las cosas.
Hacer poesía es fácil.

Sin embargo, no existe nada tan difícil.


domingo, 11 de enero de 2015

A QUIÉN TEMER

¿A quién le tengo que temer?
¿A dios? ¿al diablo? ¿a mi conciencia?
¿a las tinieblas de los pensamientos?
¿al mendaz? ¿al oscuro? ¿al repulsivo?
¿al asesino a sueldo? ¿a los violentos?
¿a los mediocres? ¿a los envidiosos?
Yo solo temo al miedo.

Y aun lo enfrento.

jueves, 8 de enero de 2015

Buena mina

Soy una pena larga
que me peina el cabello en la mañana
y de noche se desborda en mis ojos
para mirar adentro.

Soy una sonrisa a mano
y una carcajada sonora que me identifica
como un gorjeo de pájaros coreutas.

Tengo defectos
cometí pecados
me equivoqué de veras
y estoy arrepentida.

Pero no me solazo con el dolor ajeno.

Soy una buena mina
dicho en  tango,
Buenos Aires

y amén.

lunes, 5 de enero de 2015

resplandores

Antiguo resplandor de luminosidad bravía
que de lejos parece cintilar.
Solamente es estrella que murió
y sigue alumbrando en la mentira sideral del brillo.
Fuego de exhalación, pasadas glorias.
De tanto en tanto, una aurora boreal en la sonrisa.

Apenas son las luces de neón
y el calor moribundo
que ya no puede arder.
Simplemente simula,
por inercia,
que es un incendio difícil de apagar.

Adentro, muy profundo,
estalactitas crueles tejen su telaraña
y así se asfixia el corazón
con hipotermia.

Solo queda una cuenta por pagar
una eterna asignatura sin rendir.
El cansancio es más fuerte
y la rutina, un veneno letal,
lento y callado.

Sabe que cada amanecer es un cerrojo
que caminar es dar vueltas en círculo
sabe que solo resta reposar
con la mirada puesta en el poniente.


©Olga Liliana Reinoso

PARANOIA

Yo sé de tus sacrílegos dolores
de tus noches de lentejuelas embebidas en alcohol
yo sé de ese perdón que anda prófugo
en la veredas abarrotadas de gente
con su boina de Che
y aquellas sandalias franciscanas
que vos mismo elegiste
para su aniversario.
Yo te sé.

Por eso te escabulles
huyes de mis ojos múltiples
y te vuelves sordo a mi voz
que dice tu nombre como nadie
con ese acento gutural de la infancia
cuando aún eras un héroe sin bautismo
y no te había quemado la corrupción de las fogatas.

Voy tras de ti en una lancha silenciosa
que levita en el río emblanquecido por la luna
y aunque no puedas verme
me sospechas
y tiritas con la fiebre del miedo.

Confías en que el amanecer me pondrá a descubierto.
Pero yo hice pactos en la orilla
para que la noche luzca su  viudez con vestido infinito
y abra su cola de tinieblas como un pavo real en blanco y negro.

No es para tanto, digo
mientras borro tus huellas desparejas con una rama de acacia
que traigo entre mis manos atemporales
anuencias de un pasado desvaído
que aún no se recupera de la tos convulsa.

Yo te sé tanto
que sé que vas al cementerio de los elefantes
pero hoy no es domingo aunque parezca
y hasta los jubilados pagan.

Oh, beso escuálido de la verdad
no creas que me honra tu presencia
ni me da la ignorante petulancia
del poder.

Esto es apenas una anécdota
una caléndula pretenciosa que firma con seudónimo.
Al menos, conserva un poco de vergüenza

y no desnuda su palidez frente a los niños.