lunes, 31 de octubre de 2011

NIEBLA (taller Club de poetisas)



Yo no sé si es un sueño
o es la melancolía
que produce en mis huesos
esta capa de armiño.
Voy caminando sola
gelatinosa seda
me envuelve en una jungla
de mitos y leyendas.
Bostezo de los dioses
hartos de tanto humano
perverso, fatuo, necio
aceite endovenoso
túnel de espuma rancia.
Acaso sea yo misma
la dama con mantilla
que el vapor del espejo
difumina en la noche.
O quizá sea un preaviso
que después de la niebla
no queda nada. Nunca.
Nada más. Nunca. Nada.

Mi National Geographic - Gonzalo Goicoa de la Serna



Tengo un mapa que tiene



escrito Olga en lugar de La Pampa



y en el pueblo de Bella Vista



dice bella infancia.



Entre las chacras sureñas



dice aquí el vasco



y Karina más abajo.



En la capital dice mis hijos



pero también lo dice en el oeste



de los Estados Unidos



y en Badalona una amiga



y un pasado lejano



en Navarra y en Italia.



Un fragmento perdido



casi unido por mi atlántida



atraviesa tierras coloradas.



Pero hay un ancla viejo



anclado en donde vos vayas



y con este dedo que se ha convertido



en el ratón de mi ordenador



señalo ese mundo desparramado



sonriente dulce herido



donde tengo más nombres



en un cielo no pintado



y en otros mundos



de otras cabezas que he dejado.

Endecasílabos - rima consonante abab



El andar sigiloso de tu boca
recorre mis ardientes laberintos;
me siento crepitar cuando me toca
las pieles incendiadas del instinto.
Soy una sierpe, soy una amazona
soy un volcán que de tu lava surge
mi cuerpo grita pero no razona
desde mi socavón la sed nos urge.
Sos el producto de mi fantasía
sos la realidad de mis ensueños
te envuelvo en un alud de sangre fría
para encender el fuego leño a leño
me vuelvo el epicentro de tu sismo
tu tierra se sacude bruscamente
nos lanzamos de un salto en el abismo
para resucitar calmadamente.
Y en la paz del abrazo, tu suspiro
es el beso de amor con que me abrigas
te olfateo, te succiono, te admiro
te reclamo, te incito a que prosigas.

poema de SUSANA MARTÍNEZ- ACRÓSTICO



O jalá pudiera expresarte, expresarles,
L as simples palabras a veces perdidas:
G ozar de cada encuentro,
A prenderte, aprenderlos.

L etras atardecidas, asombros, risas, picardía.
I nmensidad de ternura, descubrirte, descubrirlos.
L ey de enroque, Borges, Cortázar, curiosidad, anhelos compartidos.
I maginación, admiración de ideas y estilos.
A mor con gestos, mi terapia de grupo, compañía.
N avegantes, buceadores, exploradores, aprendices.
A gradezco este regalo de la vida: conocerte, conocerlos

Te, les deseo

R ayos de luz: Irradien. Iluminen.
E sencial: paz y alegría.
I maginarios viajes por el mar de las palabras.
N acimiento del “ser” cada día.
O ptimismo en las dificultades.
S ueños cumplidos,
O simplemente, el permiso de soñar con osadía.

En un lugar de mi corazón: SIEMPRE






(Me emocionó hasta las lágrimas)

sábado, 29 de octubre de 2011

CIERRE TALLER CRUZ DEL SUR 2011



Esta tarde, en Arté Bar (Médano 24 y 11) cerramos las actividades del Taller Cruz del Sur.Hasta el 2012, tal vez.



























Homenaje a Borges




Anoche, en la Asociación Pampeana de Cultura Inglesa, se recordaron los 40 años de la visita de Borges. En el panel: Sergio de Matteo, Carlos Garrido, Dora Battiston, Fernando Sorrentino, Javier Villarreal, Olga Liliana Reinoso y Diana Irene Blanco.


Hermosa noche, Hermosa gente.


Leí: La eternidad del tiempo





El hombre ciego caminaba por los puentes del Sena. Apoyaba su prodigiosa mano derecha en el bastón y con la otra sujetaba sutilmente el brazo de una mujer de rasgos orientales, pelo entrecano y sonrisa enigmática. Su andar incierto reflejaba cierta grandiosidad casi luminosa.
Se desplazaban en silencio pero en íntima comunión, como si ese leve contacto significara una profunda simbiosis.
Luego de andar unos metros aspirando el otoño parisino se detuvieron, acodándose en el puente para escuchar mejor las canciones del río.
- Te noto preocupado, Jorge Luis.
No respondió el anciano pero sus ojos inertes buscaron el presentido vuelo de algún pájaro.
- No pretendas ocultarlo. Algo te pasa.
- He soñado otra vez, María. Otra vez el repetido e insistente sueño.
- Pero qué tiene eso de extraño. Es tu destino, ya lo decían las antiguas profecías. Este es el precio.
- No se trata de eso. Es otra cosa, como una fuerza poderosa que trasciende todo cosmos onírico y justamente pareciera trastocar el caos de manera indominable.
- Siempre ocurre así, al principio. Después retornará la calma.
Continuaron la marcha. Estaba anocheciendo y ya surgían a lo lejos las primeras y tímidas estrellas.
Julio estaba en el jardín, acostado, boca arriba. Le producía un deleite especial observar el cielo estrellado en esa rutilante noche de primavera, mientras coreaban los grillos y alguna cigarra madrugadora anunciaba el calor del día siguiente. Si alguien le hubiera exigido que optara, sin dudas se habría quedado con la Cruz del Sur. Perfecta, simétrica, infinita.
No tenía la menor intención de irse a la cama aunque mañana le costara madrugar para ir a la escuela. Era un niño especial, inteligente, de ojos vivaces e incendiarios. Su singular manera de pronunciar la erre, arrastrándola casi con acento francés y que no pocas consultas al fonoaudiólogo le había costado, era una más de sus particularidades. Entre las otras figuraban su adicción a la lectura y un deseo febril de pergeñar palabras en cuanto papel osara cruzársele. Aún mirando el cielo escribía encendidas proclamas en el aire.
- Es un chico muy raro. Escribe cosas incoherentes, sentenció la cándida maestra regordeta que siempre lo miraba con afecto. Con el mismo afecto que miraría a un extraño espécimen en el zoológico.
- Pronto voy a morir, María. Y no puedo dejar este asunto inconcluso. Me preocupa mi sueño. Es que esta vez estoy creando un ser humano, una persona sensible, con libre albedrío. Por eso no puedo dominarlo, se me va de las manos. Además, el lugar...
- ¿Qué tiene que ver el lugar?
-No entiendo a ese país ni a su gente. Son tan particulares, tan incorregibles... Ellos sí que no acatan reglas ni respetan los espejos. Su historia se repite infinitamente pero jamás aprenden. Por eso temo por la vida de mi... discípulo, finalizó tartamudeando, Borges.
- No ibas a decir discípulo.
- Tenés razón, nadie me intuye más que vos, María.
- Ibas a decir hijo.
Julio correteaba por los suburbios, escuchaba los pintorescos diálogos entre malevos y como un polizón se filtraba entre las bolsas apiladas de aquel depósito que hacía las veces de un cuadrilátero donde el Torito se preparaba para la gran pelea.
De vez en cuando, cada vez con más asiduidad, se reunía con un grupo de intelectuales comunistas que enardecidos discutían acerca del rumbo político que estaba tomando la controvertida tierra que los vio nacer.
Y esa pasión creciente se manifestaba en sus textos que como cirios mensajeros empezaban a circular de mano en mano entre los jóvenes, contagiando su ardiente luz a tanto corazón indómito.
- No corren buenos vientos allá en el Sur, María. La intolerancia y la violencia se expanden por las calles como un reguero sembrador de muerte. Me duele ese país de una manera insoportable. Y temo por la vida de mi hijo, dijo Borges esta vez mostrando abiertamente y sin escrúpulos, su paternidad soñada. -Ese muchacho es un rebelde y ya sabés la suerte que allí corren los rebeldes.
La avenida de los Champs Elisée estaba tachonada de ocres y dorados. Los pasos del maestro se perdían en esa alfombra mágica, que, acompasándolos, los repetía en una prolongada sinfonía cálida como un beso.
- Hijo, no soy yo quien te engendra. Son los muertos -musitó Borges- ya sentado en un banco del parque.
Las campanas de Notre Dame repicaban las siete de la tarde.
Julio hablaba entrecortada y acaloradamente. Se estaba despidiendo de sus alumnos del Normal. En su raído portafolios aguardaban un pasaje de avión y un pasaporte. A partir de mañana estrenaría el exilio.
A quién iba a importarle, en un país distante, su fama de cronopio.
Fue frente a la iglesia del Sagrado Corazón que se encontraron, bajo una llovizna imperceptible y solitaria.
El hombre ciego detuvo sus pasos y casi también la respiración. Cortázar lo miró desde su metro noventa y sólo alcanzó a murmurar:
- Borges, yo tampoco puedo ver así a la patria.
El anciano ilustre sonrió tristemente reconociendo aquel acento familiar.
- Quizás la muerte no sea nada más que esta nostalgia. La ausencia es un embeleco.

Y Borges, que temía que el fuego fuera el gran delator, pudo comprobar, con alivio, que él también era una apariencia que otro estaba soñando. Otro llamado Julio Cortázar.
- Hermano, esto es muy grosso para mí. Ya estoy mayor: hice lo que pude.
Desde entonces, suele vérselos juntos jugando a la rayuela sobre las baldosas de la Cruz del Sur.
Pero es común, también, cruzarlos por la calle. Porque cuentan los viejos que estos dos argentinos se fugan de los cielos cada vez que algún loco, de los que por suerte todavía quedan, comete el desatino de leerlos y caer en su trampa.

Taller Poetisas: Palabras y acróstico









Las alas del veneno
con su frialdad violeta
hunden el alma de las rosas
en un baúl sin horas.
Agua de noche
bosque de muñecas
péndulo del silencio
donde crema el crepúsculo
su serpiente de luna.
Los búhos y la bruja y los lobos
secuestran una estrella.


PÉNDULO
P uebla el silencio su trajín sin tregua
E téreo movimiento que en el viento
N iega el poder y abate la conciencia.
D aga que en semicírculos obscenos
U rde incendios de agua en remolino
L ocuaz paisaje que traspone el tiempo
O ve con ojos ciegos el espejo.

viernes, 28 de octubre de 2011

Sin título

En el centro de mi dolor aplacaré las escarpadas nubes para verte
pero vos no sabrás de mi demanda de un mendrugo de amor en el amanecer.
¡Qué dura realidad!
¡Qué vertical el humo que se escapa de la hoguera!
Y vos y yo tal vez en la espesura
de un síndrome de adiós que nos demude.
Ya no habrá caminatas al olvido porque una luz enfermará el recuerdo.
Luz de vestido largo y harapiento
que sobrevivirá al frugal deseo.
Y allí donde bostezan los domingos
claudicaremos nuestra tentativa.
No se abrirán las puertas. Y el abrazo
mendigará sin paz sus orfandades.

jueves, 27 de octubre de 2011

CUARTETAS Y ONOMATOPEYAS





Llueve sobre la tristeza
tin tin llovizna olvidada
caminan cielos arriba
las nubes de la esperanza.

Las ideas de mi alma
y las penas de mi cuerpo
germinan esta persona
con la que vivencio el mundo.

Tus dulces ojos negros
terrones encendidos
entibian el sendero
donde avanzo contigo.

Ooooooooooo
te doy las gracias
por las suaves caricias
que me silencian.

Tan tan resuena la campana
shhhhh vuelan todos los cardos
mis huellas en la arena
camino del colegio.

HAIKU IV



Sangra la tierra
sus pétalos de seda
roja alegría.

miércoles, 26 de octubre de 2011

HAIKU III





suena el oboe
música en la corteza
trinos ocultos.


















pincel de nieve



invierno que renace



en las ausencias

TIC TAC



Tic tac
el tiempo me atraviesa
tic tac
tropieza con mi insomnio
tic tac
... tararea su tonada
tic tac
pero no logra que me duerma.
Soy una torre tiesa
tristemente despierta
en el terrible túnel de la noche.
Tic tac
mi corazón tullido
trastabilla con los ojos abiertos.

Interesante

-La carcajada es un masaje substancial para el alma.
-El futuro es un tramo de silencio que aún no ha hecho ruido.
-La vida es un sueño que despierta cuando el amor es cierto.
-El silencio agranda las heridas.
-La felicidad tiene manchas de tristeza.
-El diablo se hace el malo.
-Una cápsula donde se pintarrajea la nada.
-En la elipse dorada los cometas duermen sin almohada.
-Me trepé a la luz de la luna y vi la vida desde otro punto de vista: es absurda pero hermosa.
-En el octavo día de la semana el Diablo se descalza.
-La muerte es la segunda etapa de la vida; el sueño de haber nacido aún no ha comenzado.
-Las palabras son el mejor amigo del hombre.
-Hay un muro de papel entre el malestar y la demencia.
-Renovar el nacimiento es abrir los ojos en el recodo exacto del tiempo.
-La mañana cuelga de la noche y dan la vuelta al mundo.
-La mentira tiene patas de mimbre.
-La belleza es el orden mágico de las cosas.
-Todos los caminos desean tus pasos.
-La manivela del mundo es un cerebro de fuego en el centro de la tierra.
-Había una vez el tiempo adormecido en la cuna de nuestros ancestros.
-Las manos de uno son las manos de otro.
-La acumulación de estática vital hace mal.
-El dinero ha transformado al hombre en hiena.
-La mente es una nave fugitiva.
-Soy producto de una nave espacial. SOY INMORTAL.
-Los muertos forman luego trombas que van y vienen del espacio.
-Las palabras cambian su piel en mi alcoba.
-Vivir con incertidumbre es andar de la mano de un fantasma muy lúgubre.
-Los días tienen cuello de jirafa.
-Titilo porque existo en otras vidas.
-El cigarrillo es una vida de escarcha, mientras lo encendés te garcha.
-La plata es un sueño que no representa nada.
-Nacimos vivos. Vivos moriremos.
-Conozco mi tiempo antes del dolor.
-La dicha es un momento fantasmal.
-La nave de la vida es un desastre apreciado.
-¿Estábamos enamorados o estábamos locos?
-Lo imposible es parecido a los ojos.
-La monogamia es un invento anticonceptivo.
-Los árboles no tienen franco.
-Tengo tanto tiempo para quererlos, que ni me demoro a conocerlos.
-Cuando no tenías nada lo tenías todo.
-El frío te pone más bueno.
-Soñando de atrás hacia adelante vi claramente el pasado.

DE: Alejandro Carrique

martes, 25 de octubre de 2011

Maravilloso

Taller literario Club de poetisas

(Palabras en la maleta)
Los pájaros de arena
ven a trasluz del sueño mi agonía.
Busca mi pecho
un ventanal de sol o primavera
... pero sólo una brisa de apenada alegría
desnuda en el abismo-cumbre luna de invierno.
Ardiente suavidad se instala
en el espejo caracol
huérfana cuna
mi pensamiento es el reflejo de una ola
que se mece
demente
como la daga del lucero
para herir el día.
Despojada de amor
soy el otoño.

HAIKU II



Cae el rocío



sin romper el secreto



palabra luz.

HAIKU



Fuego amarillo



las hojas se desmayan.



Otoño y paz.

RECLAMO



¿Dónde puedo gritar mis dolores
sin que los cancerberos me fustiguen
con su alarido de soberbia y sangre?
¿Dónde decir que yo también tengo derecho
y no me dejan?

lunes, 24 de octubre de 2011

Opinión

Juventud y viudez, sus escudos y sus lanzas

Por Beatriz Sarlo | Para LA NACION

¿Cómo no recordarlo? En noviembre de 1951, Perón ganó un segundo período presidencial con más del 62 por ciento de los votos, el doble de los que obtuvo la Unión Cívica Radical. Fue la primera elección nacional en la que votaron las mujeres. La casualidad o el destino le dieron a David Viñas, fiscal radical, el papel de llevar la urna al Policlínico de Avellaneda, donde Eva estaba internada. Muchos años después, Viñas recordaba el momento: un friso de suplicantes en las puertas del hospital, rezando, "como en una película de Eisenstein". Una fotografía muestra a Eva, extenuada, en el momento en que una mujer le acerca la urna. La cabeza sostenida apenas por las almohadas, el rostro demacrado y el gran rodete rubio. Viñas espera afuera. Cuando le devuelven la urna, escucha la voz de Perón, que le pregunta a Eva: "¿Apago la luz, negrita?" Eva y todas las mujeres argentinas votaban por primera vez. También Victoria Ocampo, gran opositora, votó por primera vez, y fue éste el único reconocimiento que le hizo al peronismo. Como ahora con los derechos humanos, siempre hay algo que reconocer.

Eva Perón murió en 1952. Hubo paredes en Buenos Aires donde se escribió la frase repulsiva: "Viva el cáncer". La fatalidad se entreteje con la historia del peronismo. En 1974, la muerte de Perón, mientras ejercía la presidencia, abrió el camino de la violencia dentro y fuera de su movimiento. En 2010, la muerte de Néstor Kirchner, por el contrario, le da a la línea que él armó dentro del justicialismo una dimensión que su viuda ha sabido aprovechar. En 2009, Kirchner venía de perder una elección. Parecía que su poder se debilitaba, pero su muerte esfumó los efectos de la derrota, la manipulación de las candidaturas testimoniales, el estado deliberativo del Partido Justicialista.

Cristina Kirchner se rodeó de un escudo protector juvenil (los "pibes" que el domingo cantaban por "la liberación"); se apoyó en una burocracia de Estado que administra dinero y militancia, y cerró Olivos a casi todo el mundo excepto a la mesa más pequeña, a la que se sientan hombres de su extrema confianza personal.

La muerte de Kirchner contribuyó a esta victoria de una manera paradójica. Pero, antes, dejó su obra. Son suyas las bases económicas sobre las que Cristina Kirchner acaba de lograr su gran triunfo. Aunque se le fueron unos cuantos, por el momento contuvo las tendencias centrípetas. Sobre esto último es claro testimonio el discurso con el que Scioli celebró el domingo a la noche su victoria: agradeció primero a Néstor Kirchner, luego a Alberto Balestrini; saludó a sus competidores internos (como Ishii); reafirmó que su mano está tendida para sumar. Y sólo al final dijo: "Tenemos que encontrarnos con Cristina Kirchner y darle un abrazo y decirle que se merece este respaldo".

Ese lugar de Scioli fue un inteligente recurso de Néstor que Cristina Kirchner tuvo la precaución de conservar, como muchas otras medidas de su marido. Cuando la militancia entusiasmada cantaba en la noche del domingo: "Néstor no se murió, Néstor vive en el pueblo", reconocía esto. La Presidenta, en el momento más evocativo de su discurso, dijo: "El está mirando desde algún lado. Está acá, ¿no es cierto? Díganme que sí". Abrazada a su hija, no sólo se permitía un tributo fúnebre de tono animista. Estaba haciendo un reconocimiento al edificio político que le dejó el muerto.

La paradoja es que si Kirchner hubiera seguido en este mundo estaría en peores condiciones que su mujer para beneficiarse con su propia obra. Vivo, su espíritu belicoso y el recuerdo de las jornadas que rodearon la resolución 125 lo perjudicaban. Muerto, la viuda supo cambiar el tono.

En realidad, encarnó una imagen de gran poder simbólico: la mujer fuerte, destrozada por el dolor, que se solloza y se recupera al mismo tiempo; que apela al muerto pero demuestra que puede reemplazarlo con ventaja; tocada por la desgracia pero indomable. El luto es emblema de una soledad espiritualmente fortalecida y no de desfallecimiento. La viudez de Cristina ha sido su escudo y su lanza. Hay que reconocer que supo usarlos y que su victoria no puede ser solamente atribuida a que la oposición no hizo bien sus tareas.

Las alianzas hipotéticas
Esto último salta a la vista en cuanto se suman los votos de las diversas listas opositoras. Si se hubieran unido todos, igualmente Cristina habría vencido. Esta hipótesis de oposición unificada fue imposible y, por muchas razones, no deseable. En cambio, otras convergencias más verosímiles no tuvieron lugar: sólo el personalismo impidió que Eduardo Duhalde y Alberto Rodríguez Saá presentaran una lista conjunta. ¿Qué obstáculo insalvable pudo separarlos después de compartir tantos años el mismo Partido Justicialista y enunciar discursos que no se contraponen? En ese caso, el peronismo habría concurrido con dos boletas. Es sensato pensar que Cristina Kirchner habría ganado, puntos más o puntos menos. Simplemente, el electorado no peronista habría podido comprobar que el peronismo todo junto sigue siendo una mayoría impresionante, cosa que puede comprobar ahora mismo si suma los millones de votos kirchneristas y los de Duhalde y Rodríguez Saá.

Los kirchneristas duros dirán que cualquier unión de estos votos es contra la naturaleza ideológica que separa (¿para siempre?) las dos líneas del movimiento nacional. Los duhaldistas dirán que, retirada Cristina de la política, cumplida esa condición, ambas líneas podrán sentarse a la misma mesa, como lo vienen haciendo desde hace más de medio siglo (a veces se han peleado a tiros, a veces han competido en elecciones).

La otra alianza que se reclamaba era la de Alfonsín y Binner. Fue impracticable en el momento mismo en que Alfonsín optó por Francisco de Narváez. De cualquier cosa se podía retroceder, pero no de esa opción. Es significativo que un porcentaje considerable de votantes haya recompuesto la que habría sido la lista "natural": cortaron boleta y pusieron en el sobre la de Duhalde para presidente y la de De Narváez para gobernador de la provincia de Buenos Aires. Alfonsín tomará nota de esto, que quedó exhibido en la escena mediática cuando la periodista María Laura Santillán cometió el lapsus más apropiado: "Está llegando De Narváez a la sede de Duhalde. ¡Qué acto fallido!". Nadie puede reprochárselo. Los votantes que cortaron boleta hicieron de ese acto fallido una demostración de que cualquier alianza no es posible.

Por otra parte, Binner y el Frente Amplio Progresista, sumados a la campaña hace pocas semanas, tienen como objetivo una construcción a mediano plazo, con disposición para alianzas programáticas pero no para poner en la calle barredoras de hipotéticos votos antikirchneristas de cualquier color. Obtuvieron sólo dos puntos por debajo de Alfonsín y de Duhalde. Una buena elección, hecha sin plata y sin asesores de imagen. Si hubieran decidido aceptar a De Narváez en la provincia de Buenos Aires, no habrían ganado nada para el futuro. Tendrán que aprender, en cambio, que esa provincia es dura para quienes no son peronistas. Allí los colores del estandarte siguen siendo justicialistas, de los tonos que prevalezcan en cada momento.

Se ha repetido que los oficialismos ganaron en las elecciones provinciales previas. En estas primarias lo que ganó es el oficialismo nacional, votado por aquellos a los cuales les va muy bien o pasablemente bien y que, por lo tanto, no ven razones para un cambio sobre el que no tengan la seguridad de que les conviene. Y también votaron al oficialismo los pobres, que no están convidados al consumo sino apenas a la supervivencia; que dependen del sistema de subsidios y creen que mover un gobierno podría afectarlos. Cuando se es pobre, se teme con motivos fundados, ya que la vida es precaria y perder un poco es perder todo. Si ese temor se une a una identidad difusa de origen cultural peronista, allí están los votos.

Y como la victoria dulcifica, ayer a mediodía Cristina Kirchner dio una conferencia de prensa y no les indicó a los periodistas cómo debían portarse...


El pasado reciente / Las condenas en 1985 por violaciones de los Derechos humanos

Con críticas al kirchnerismo, recuerdan el juicio a las juntas
Al presentar su libro, Eliaschev dijo que es un aporte para que la historia sea completa

Por Maria Elena Polack | LA NACION
Un libro que refleja un momento clave en la historia reciente de la Argentina, como Los hombres del juicio, del periodista Pepe Eliaschev, no podía tener una recepción más cálida como la que tuvo: sus protagonistas sentados en primera fila y una concurrencia tan numerosa que hizo que muchas personas debieran seguir la presentación hasta en la vereda de Dain Usina Cultural, en Palermo.

Es que Eliaschev plasmó la historia íntima de los jueces y el fiscal federal que, en 1985, juzgaron a las juntas militares que marcaron la etapa más negra de la Argentina y procuraron marcar el fin de la impunidad en el país.

Los ex jueces Jorge Valerga Aráoz, Jorge Torlasco, Ricardo Gil Lavedra, Guillermo Ledesma y León Arslanian y el ex fiscal Julio César Strassera fueron los protagonistas de la presentación, aunque se mantuvieron en silencio. Sus desvelos, sus preocupaciones y el papel histórico que les tocó asumir en el retorno de la democracia son desmenuzados en Los hombres del juicio .

La obra fue presentada por su autor, por el ensayista Santiago Kovadloff y el periodista Alfredo Leuco, quienes revisaron el pasado pero cuya preocupación se centró en el futuro. Entre la concurrencia al acto se encontraban Robert Cox, ex editor del diario Buenos Aires Herald, galardonado recientemente por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) por su coraje para desafiar a la última dictadura militar, y Graciela Fernández Meijide (madre de Pablo, aún desaparecido), de destacada actuación en la recopilación de los testimonios del horror, defensora de los derechos humanos, y quienes conocieron las más profundas razones que llevaron al entonces presidente Raúl Alfonsín a impulsar el juicio a las juntas militares, como su vocero José Ignacio López. También asistieron el ex juez de la Corte Suprema Gustavo Bossert, el ministro de Cultura de la Ciudad, Hernán Lombardi, la ensayista Beatriz Sarlo y el conductor Fernando Bravo.

Sobrias y conmovedoras fueron las apreciaciones de Kovadloff y Leuco sobre la obra y su hacedor. Y los dos pusieron énfasis en la necesidad de respetar la verdad completa de la historia reciente.

"Los hombres del juicio dieron un paso fundamental: la democracia es posible. Abandonar la democracia es abrazarse a la jactancia del poder", afirmó Kovadloff, en una clara alusión a la preocupación por una eventual reforma constitucional.

"El proceso de recuperación democrático que se inició entonces está inconcluso", añadió, para advertir: "Se trata de un libro insoportable, no porque esté mal escrito, sino porque muestra una herida abierta, porque nos recuerda lo que queremos olvidar. Viene a recordarnos algo inconcluso: aún la verdad nos espanta".

Sólo se pronunció el nombre de un político, Raúl Alfonsín, recordado con un fuerte aplauso del público. Pero la crítica a la actual campaña electoral fue dura: "En estas elecciones advertimos una profunda asimetría. Nos encaminamos a la votación del domingo con una suerte presencia consolidada del oficialismo y una ausencia protagónica de la oposición", dijo Kovadloff.

Por su parte, Leuco subrayó: "Este libro es un manual de historia para que nadie se apropie de los méritos del otro. Es para que los jóvenes no crean que nadie hizo nada hasta que llegó un presidente patagónico. Es para que nadie ningunee el acontecimiento refundacional de las instituciones de la Argentina".

Eliaschev planteó su preocupación por la interpretación del pasado y las consecuencias para el futuro: "Mi libro explora la atipicidad de lo que ocurrió en la Argentina. Pretende humildemente aportar una justicia para las generaciones venideras y que quede claro que en este país no hubo impunidad y no hubo venganza, todos se pudieron defender. Para que la historia no sea confiscada. El fallo y el alegato del juicio cuentan la historia completa. Es una lástima que no esté disponible para el público. Tuvo sólo una edición y no se consigue".

Para dejar en claro que los horrores no comenzaron con la dictadura, Eliaschev recordó que se exilió en 1974: "La Triple A fueron mis exiliadores porque en los gobiernos de Héctor Cámpora y Perón había formaciones especiales que secuestraban, mataban y robaban. Eso no lo podemos ocultar porque eso pasó"..

La interna ideológica del kirchnerismo
Un debate intenso gana terreno en el cerrado espacio de la discusión K. Dos hitos recientes recalentaron el tema: la presencia de Beatriz Sarlo en 678 y el impacto del escándalo Schoklender- Bonafini. Cómo es la discusión entre los soldados puros y los que impulsan una actitud de acompañamiento crítico

Ver comentarios Más notas para entender este tema
"No entiendo por qué nadie escuchó mi denuncia"

Por Laura Di Marco
-Ahora, la "revolución" es invitar a Canal 7 a Beatriz Sarlo...- bromeaba, no sin ironía hacia su propia tropa, un joven funcionario K, mientras charlaba con un periodista no militante en un bar cercano a la Rosada, pocos días antes de lo que, más tarde, se convertiría en un hito de la era K: la polémica y picante visita de la autora de La audacia y el cálculo a 6,7,8 , una de las usinas más radicalizadas del oficialismo.

Aquel día, el joven K, que se desempeña en un área vinculada a la comunicación oficialista, estaba lanzando una deliberada crítica, con audacia pero también con cálculo, ante un interlocutor que, para la mirada de la cultura gubernamental, representa a uno de los vértices del mal: los medios no militantes. Se quejaba, en una palabra, de un modo de acumulación de poder centrado en la batalla, que necesariamente reclama soldados, defensores a libro cerrado del relato K, sumisos acatadores de órdenes.

Muerto Kirchner, el sellado espacio de discusión K parece reclamar algo de oxígeno. Y el reclamo, aunque no necesariamente público, se cocina por el lado del mundo intelectual afín al oficialismo: aliados progresistas no peronistas, que ya estaban o que se incorporaron después de la desaparición del ex Presidente, y dirigentes y funcionarios sub 45 que revistan en las segundas y terceras líneas del Gobierno, cansados de acatar decisiones que se toman en una pequeña cúpula. "El proyecto está necesitando menos soldados y más intérpretes", sintetizó hace pocos días la socióloga María Pía López, miembro de Carta Abierta, en la presentación de Kirchnerismo: una controversia cultural, libro de su colega y maestro Horacio González.

La presencia de Sarlo en el canal oficial, sin embargo, sirvió para catalizar las diferencias: los sectores más proclives a cerrar filas agudizaron las críticas por haber invitado a la ensayista al programa (circuló bastante un video de Y ouTube en el que se veía a miembros de Carta Abierta en reunión, criticando duramente la decisión de haberla invitado) y multiplicaron los cuestionamientos a la intelectual. Horacio Verbitsky decidió responderle directamente a ella con un artículo de dos páginas publicado en Página 12 en donde, para contradecir sus dichos respecto del casi nulo compromiso del matrimonio Kirchner con los Derechos Humanos (DD.HH.) antes de 2003, recuperó del olvido una fugaz participación en un acto político. Entre los aliados del Gobierno que valoran su política de DD.HH., alcanza con lo realizado desde 2003 y no creen que sea bueno forzar un retrato de compromiso con el tema que los organismos de DD.HH. santacruceños se han encargado sobradamente de desmentir. También propician una defensa del Gobierno que no impida criticar errores y que no lleve necesariamente a demonizar o ridiculizar al adversario.

Pero tras el episodio 6,7,8, el escándalo de Sergio Schoklender en la Fundación Madres de Plaza de Mayo volvió a calentar la discusión. La sospecha cayó en uno de los altares más sagrados para el progresismo. Las postales de una Ferrari, dos aviones, y desmanejos en los fondos de Madres, imágenes "que asustan", como dijo el jueves pasado el presidente de la Auditoría General de la Nación, Leandro Despouy, avivaron los espíritus deliberacionistas. Las aguas se dividen, por estos días, entre quienes se abroquelan defensivamente ante lo que sienten como la perfecta excusa que encontraron las "corporaciones mediáticas" para bombardear el "proyecto", y los que se resisten a alinearse con el Gobierno en el tratamiento del tema y reclaman la verdad sobre el destino de los fondos, aun a riesgo de que ese agujero negro sea utilizado por la "derecha".

Como prueba de que incluso hacia el interior de Carta Abierta el debate está en pleno proceso, Ricardo Forster, principal referente de esa agrupación y panelista en aquel 6,7,8 frente a Sarlo, comparte la perspectiva de María Pía López y refuerza: "Me parece falaz reducir la caudalosa experiencia del kirchnerismo a supuestos soldados acríticos. Coloco el debate con Beatriz Sarlo dentro de esta dinámica. Me parece que es la derecha la que, hasta ahora, ha carecido de recursos teórico-conceptuales y la que ha buscado simplemente reducir el debate a chicanas y a un apolillado denuncismo. De la misma manera, también creo que al kirchnerismo le hace muy bien discutirse, y hacerlo sin complacencias".

Sin embargo, otro admirador confeso del Gobierno (su libro El flaco da cuenta de esa fascinación), también percibe un tiempo de apertura. "Me parece que hay cierta intención de tender puentes en esta etapa, con un sello de época de Cristina, que es mucho más socialista y de izquierda que peronista", interpreta el filósofo José Pablo Feinmann. "El peronismo, por otra parte, no existe más, entendido en términos de aparato. Y Cristina, que siempre fue mucho más inteligente de lo que era Néstor, lo sabe. En este contexto, creo yo, debe entenderse la invitación de Beatriz Sarlo a 6,7,8 ", dice.

Por otra parte, quienes quieren defender el proyecto K sin caer en la descalificación de los adversarios destacan la necesidad de contar con espadas más y mejor afiladas a la hora de debatir con una intelectual del nivel de Sarlo. "La verdad -le decía el joven K del ala rebelde al reportero no militante-, poner a Gabriel Mariotto a discutir con Sarlo es como querer combatir al Ejército de Estados Unidos con los boy scouts".

El gurú de la tevé oficialista, Diego Gvirtz, aún se está frotando las manos por los réditos que, según cree, obtuvo con la presencia de una intelectual adversaria al Gobierno en su criatura, 6,7,8 . Una invitación que, necesariamente, tuvo que haber contado con el respaldo de la Casa Rosada. Quienes lo tratan en la intimidad aseguran haberle escuchado un razonamiento que jamás hará público: con el debate de Sarlo en Canal 7, ganó su programa -porque hoy es mucho más conocido- y la propia intelectual. ¿Perdedores? Los panelistas, sobre todo aquellos a quienes la escritora se encargó de noquear públicamente.

Algo es evidente: la inclusión de una voz crítica e inteligente en el canal estatal, o la inclusión en el noticiero de entrevistas a candidatos opositores, en plena carrera electoral, contrasta con la línea del presidente de Télam, Martín García, un fiel soldado que ya ha dado increíbles muestras de su fidelidad extrema y que asegura sin ruborizarse que él incluiría a la oposición en el servicio noticioso de la agencia estatal en el caso de que "no diga boludeces".

Soldados versus creativos

Attenti , que ahí viene uno de los creativos- lanzó, irónico, días atrás en un despacho de la Rosada, el inefable Aníbal Fernández, soldado todoterreno si los hay, para describir el modus operandi de un funcionario de segunda línea, portador del peligroso virus de las ideas propias. Peligroso porque ese virus podría derivar en una acusación aún más grave dentro del mundo K: la de "liberal", o, peor aún, la de "hombre de la derecha". "Cuando te llaman así, te pusieron la lápida. Quiere decir que, más allá de donde estás, no vas a llegar", sintetiza el funcionario en cuestión.

Los soldados, naturalmente, son más numerosos entre los funcionarios importantes, esos que ascienden en la burocracia estatal del Gobierno: el acatamiento es la forma de ocupar espacios de poder, detectaron aquellos que, aun siendo intelectuales, como el caso del secretario de Medios Juan Manuel Abal Medina, deben ajustarse a ese protocolo no escrito de la cultura oficial. "El enemigo que tenemos enfrente es poderoso -suele decir a puerta cerrada el politólogo-, son los factores de poder que siempre han gobernado la Argentina. No es momento de ponerse a discutir". El ministro Amado Boudou, por caso, sólo consiguió limpiar su pasado neoliberal gracias a la virtud de la obediencia política.

Enrique "Pepe" Albistur parece haberlo entendido muy bien. Kirchnerista de paladar negro, se lució como anacrónico soldado cultural con su muestra sobre el pensamiento nacional, en el Palais de Glace, esa que terminó con el jueguito de escupitajos al gorila y en la que Jorge Luis Borges no tuvo permiso para entrar. Para muchos de los que quieren mover la discusión interna esa muestra fue, justamente, una "muestra" de lo que no se debe hacer.

Hijos de Néstor, al fin, los cuadros militantes de La Cámpora funcionan muchas veces como una gendarmería ideológica. Probablemente, en ese marco deben leerse las declaraciones de Juan Cabandié, que reclamó todo el peso de la ley para Schoklender, resguardando así a Hebe de Bonafini, emblema de la alianza entre el Gobierno y los organismos de DD.HH. Candidato en la lista de Daniel Filmus, Cabandié atiende en este juego dos frentes: como buen soldado, sigue al pie de la letra el guión que baja la Rosada, es decir, concentrar toda la culpa en el ex apoderado -la anomalía de un sistema que se pretende impoluto- y, de paso, minimizar el impacto del daño político en el electorado capitalino, ya medible por los encuestadores.

A esos requerimientos de alineamiento automático pareciera responder el sorprendente premio periodístico Rodolfo Walsh que este viernes recibirá Bonafini en la Universidad de La Plata y que ya despertó críticas sonoras. La hija del escritor desaparecido, Patricia Walsh, no tuvo reparos para expresar su descontento: "Estas dos últimas semanas han sido terribles en torno a todo lo que significa, y la responsabilidad política no se puede esconder de ningún modo", concluyó terminante.

Muchos simpatizantes del kirchnerismo, entre ellos los intelectuales de Carta Abierta, viven el episodio Schoklender como si hubiera muerto alguien. Temen, además que el hecho se use para estigmatizar a Bonafini y deslegitimar así toda la lucha llevada adelante por las Madres contra el terror de la dictadura. "Nos resulta inimaginable pensar que Hebe haya podido derivar siquiera cinco pesos para un café con leche", dijo uno de ellos a este diario. Y agregó: "De verdad, todavía no entiendo bien dónde está la estafa [de Schoklender], y hasta que la Justicia investigue, no puedo tener una opinión formada".

No cuesta demasiado figurarse qué hubiera opinado el mismo intelectual si las sospechas por malversación de dineros públicos, en lugar de salpicar a la directora de la Fundación de las Madres, hubiera estallado en una Fundación ligada a Macri o a De Narváez. O ligada a una gran "corporación".

El factor Sabbatella

El ingreso de Martín Sabbatella como aliado del mundo oficialista parece haber ayudado también a movilizar el debate interno. "Es tan bueno que haya ido Sarlo a debatir a 6,7,8 como malo fue que la despedazaran luego, en su ausencia, por lo que dijo", apuntan los sabbatellistas, quienes nunca dejaron de tender puentes con sectores que el kirchnerismo puro y duro considera "liberales" (gente con capacidad de autocrítica, bah).

"Nosotros no creemos en una democracia consensual en la que estamos todos de acuerdo, paz y amor, porque en la sociedad existen clases e intereses contrapuestos. Creemos, por tanto, en la deliberación intensa, controversial, siempre que se dé en un marco democrático", dicen cerca del aliado progresista no peronista. Para el sabbatellismo, "los más duros son quienes llegaron al kirchnerismo desde una lógica de poder; quienes buscan debate son quienes adhieren por razones más ideológicas".

Una traducción posible para esta elíptica frase, quizá, podría ser: hace diez años, Horacio González tenía la misma posición sobre los derechos humanos que la que sostiene hoy. Aníbal Fernández, probablemente, no.

Precisamente, en una reunión privada, Horacio González se quejó del trato que le dio el panel de 6,7,8 a Beatriz Sarlo en los días posteriores al debate. "Esto jamás lo dirá en público, pero sí en privado", dijo un colega, que escuchó esas palabras. Tal vez insuficientes (¿no hubiera sido más valioso que el director de la Biblioteca se animara a enriquecer el debate e interceder en defensa de su amiga tras los embates de Aníbal Fernández?), las tibias críticas que se atreve a expresar hoy, aunque aún no se atrevan a plantearse en un debate abierto, parecen reencauzar al soldado de ayer nomás, el que desafortunadamente quiso vetar a Vargas Llosa en su visita a la Argentina.

María Pía López hace una distinción importante, cuando dice que tanto desde afuera como desde adentro del kirchnerismo hay sectores, periodistas e intelectuales interesados en tender puentes y otros que sólo quieren "chicanear" para destruir, pero no para comprender. "Por ejemplo -agrega-, el libro de Beatriz [Sarlo] plantea un debate interesantísimo; ella está interesada en entablar un diálogo del mismo modo que, desde adentro [del oficialismo], lo intenta el libro de Horacio González, Kirchnerismo, una batalla cultural ", explica.

Es cierto que, por ahora, son minoritarios los reclamos de autocrítica y los que propician un debate honesto con los adversarios que no busque siempre ridiculizarlos o vapulearlos. Pero también es cierto que son persistentes. El hecho de que la socióloga de Carta Abierta, que trabaja codo a codo con Horacio González en la Biblioteca Nacional, haya sacudido el avispero, nada menos que en la ceremonia de presentación del nuevo libro de su maestro, no parece un hecho casual. La invitación a Sarlo en 6,7,8 tampoco. Y si bien la incomodidad de muchos intelectuales y simpatizantes del "proyecto" por el modo en que los medios K maltrataron a la ensayista todavía circula en privado, algunos creen que no tardará en ganar estado público y ampliar sus acotados límites de hoy. Muchos de ellos, en sintonía con lo que expresa Feinmann, quieren leer en las modulaciones de la Presidenta un tiempo más propicio para el diálogo que antes, cuando el que dominaba la escena era Néstor.

¿Bocanadas de aire fresco o sólo amagos y voces tímidas? Nadie lo sabe. Sólo los días por venir irán develando quién tiene las mejores cartas en la era cristinista..

sábado, 22 de octubre de 2011

GACETA VIRTUALNº 10





OLGA LILIANA REINOSO
(General Pico-La Pampa)


MEMORIA DE LA LUZ

Desde la proa inoportuna del silencio
parpadean exhaustos los pájaros del alba
el sol bosqueja tenues biografías
que la luz, memoriosa, multiplica en gardenias.
Lejanas profecías allá en el tiempo y en los extramuros
protegen tu indefensa forma humana.
No, los sueños aciagos no podrán malherirte
tu júbilo paupérrimo te protege
y en humilde y solemne cercanía
hace la indagación de lo sagrado
como quien sintetiza una fogata en la vida de un fósforo.
No elevarán los estandartes negros
sobre tu mínima presencia carcomida
y escribiremos en los evangelios
la respuesta final y la estrategia.
No será en vano este dolor plural.
No será en vano el llanto.
Ni la muerte.


HABITANTE

Esta tristeza agobia
y entumece
pega un salto mortal
hace malabarismos
con mis gotas inhóspitas de sangre
recoge las frazadas
practica la eutanasia
enreda mis cabellos
con un silbo de arpegios
en invierno.
Esta tristeza tiene un lugar privilegiado
entre las migas que hay en mi bolsillo
y su hojarasca salpimienta de ocre
la fábula inmoral de mi sonrisa.
Es el vestido que luzco en las mañanas
cuando, escondida de los otros,
muero.
Mueren mis ganas de vivir
mueren mis fuerzas
el universo con que adoro al sol
se muere.
Y quedo genuflexa
frente al rostro puntual de la miseria
sin el licor amniótico del beso
o la turgencia de un jazmín del aire.
Está en mi piel
en mis ojeras rubias
en la palpable cruz de los adioses
y en la pregunta retórica
del satélite ancestral.
No puedo erradicarla:
la torturo
clavo alfileres en sus fotos sepias
danzo y canto mortuorias sensaciones
pero ella sobrevive a cada intento.
Y es tan hábil tan licenciada en subterfugios
que nadie cree que me habita.
Siempre.


DISTORSIÓN

Esta mañana
Una alegría
La despertó
Riendo a carcajadas.
Tuvo un presentimiento
Un sentimiento de granizo
Un ahogo falaz
Una sospecha.
Alguien, desde algún sitio
Le escribía señales
Tatuajes en el vientre
Mensajes subrepticios
Como el estigma
Del colegio de monjas.
Todo placer se paga
A cada sonreír le llega un llanto.
Y tuvo tanto miedo
Sintió el espanto atroz de estar
Tan calma
Tan abrazada
A esa felicidad sin ornamentos
Artesanal
Vestida de entrecasa.
Sintió terror.
El pasado es un cuervo
Que siempre acecha la vida.
Y así, mientras el sol resplandecía
Y un invierno amarillo
La invitaba a cantar
Loas al fuego
Ella empezó a llover lánguidamente
Hizo barquitos de papel con su tristeza
Guardada en la cartera
Por las dudas
Y navegó en un mar desventajoso
Luchando con piratas y fantasmas.
Supo que era una trampa
Que nuevamente el búho de la distorsión
La picoteaba.
Pero no pudo sostener la mole
Que cayó desde ningún lugar
Hasta sus hombros
Y agonizó ignorante
Sin atreverse a ver
Con qué descaro
Esa alegría fraudulenta
Se burlaba.

viernes, 21 de octubre de 2011

LUNALMA



La luna tiene fisuras
por donde se esconde mi alma
y hasta ella levanto muros
cuando el miedo se agiganta.
Porque de su luz de parto
nacen alas liberadas
y bajo su influjo, sueño
con amores que no acaban.
Que la mentira no existe
que el dolor sólo es patraña
que mi boca anda desnuda
por sus cráteres de magia.
De su cuarto más creciente
soy una punta de lanza
y trepo desesperado
por el haz de su esperanza.
Desde el placer de su cima
la muerte se empequeñece
y nuestra mezquina sombra
se acrisola, resplandece.
La noche es una vasija
de abrazos y mieles nuevas
si por la alfombra del cielo
la luna se contonea
Es bella cuando reposa
en el borde de mi cama
o me da su mano blanca
cuando viajo en la hondonada.
No me canso de mirarla:
la luna es mujer y canta
para que los miserables
tengan mendrugos de plata.
Frígida luna que ignoras
las pasiones que desatas
no me claves tus puñales
en la seda de mis ansias.
Déjame soñar contigo
déjame mudar mi pena
al lecho blancoazulino
que tu pubis redondea.
Quizá esta tristeza humana
caiga de bruces y escarcha
sobre el miedo con dos manos
en tu calesita blanca
y se produzca el milagro
de retornar a la infancia
para que me mezas, madre
y tararees viejas nanas.
“Dicen que tiene la luna
amores con un jalé
y que toitas las noches
con er gitano se ve”.
Quiero ser ese gitano
quiero amarte hasta gritar
quiero meterme en tu entraña
y no volverme a apagar.
Quiero tu luz, vida mía
quiero tu esférica calma
para que este oficio de hombre
no me sangre en la mirada.
Y así, con tu paz a cuestas
creer que todo es real:
la belleza, la ternura
y el amor por los demás.

Regalo de Laura Carnovale



PALABRAS PARA OLGA.

Dios, no me dio el don de poder expresarme hablando. Siempre me sucede que, cuando tengo que hacerlo ante la gente, me pongo colorada, la voz se entrecorta y tengo la sensación de que no puedo hilar dos palabras coherentes. Es como si mi pensamiento y mi habla fueran por caminos distintos y no los pudiera juntar… Pero, por fortuna, me regaló el don de ESCRIBIR. Poder descubrir que de este modo, sí logro comunicar lo que siento y pienso fue liberador, como muchas cosas que me sucedieron este último tiempo…
Y es que no debe haber cosa más hermosa que liberarse de aquello que nos ahoga, que no nos permite disfrutar de la vida. Hace poco le decía a un amigo, que, cuando miro hacia atrás, puedo ver que recorrí un buen camino, y hoy estoy en el lugar que Dios quiere que esté. Lo reafirmo cada día, cuando me levanto y miro a mis hijitos, cuando los veo crecer… Y aunque este año no di clases y me dedique a la casa y la familia, que no es poca cosa, me sentí en paz conmigo misma. Después de muchos años de terapia puedo decir con plena libertad, que no tengo vocación, la docencia no es lo mío. Ahora comienzo a buscar aquel proyecto que, más allá de la familia, me complete como persona.
Este tiempo del taller me inundó de entusiasmo y alegría. Cada encuentro fue una oportunidad para compartir y salir “llena”, transformada. Siento que aprendí tanto… Por eso, querida Olga, necesitaba decírtelo, y como es obvio, no encontré otra manera. Tu forma de transmitir lo que sabés es tan clara, y enseñas con todo tú ser: con el cuerpo, el alma y las palabras. Estoy tan agradecida y, claro, te admiro mucho. Admiro tu desenfado, tus valores y también tu profunda sensibilidad. Admiro a Olga y a Liliana, a las dos.
Este año aprendí de todos. Aprendí de vos y también de cada uno de mis compañeros. Me reí a carcajadas, me emocioné, disfruté cada viernes que compartimos. Por eso sentí ganas de agradecer, de la única manera que mejor me sale.
Estoy convencida de que todos tenemos algún talento, el que sea, solo hay que descubrirlo y hacerlo crecer. ¡Tengo tanto que aprender! Todavía tengo que romper muchos papeles y volver a empezar, todas las veces que sea necesario. Vos me diste el ánimo y reforzaste mis ganas. Voy a sacarle lustre a mis palabras hasta que brillen todo lo que pueda. Esto es un camino, es el camino que quiero transitar. Y si logro que algo de lo que escribo pueda movilizar a alguien, ya me puedo dar por satisfecha, porque los que escribimos lo hacemos para nosotros y también para los que nos leen.
Querida Olga, gracias por permitirme compartir esta experiencia con vos, y sobre todo, gracias por acompañarme, como lo hacen los buenos docentes, haciendo del proceso de aprendizaje, un verdadero proceso transformador.
Te quiero.
Lau.

21 de octubre de 2011.-

miércoles, 19 de octubre de 2011

EL BAILARÍN

En la celebración del Día de La Pampa fui a narrar "El bailarín" a la Escuela Nº 84.






























Lo había visto jugar en el potrero desde que era una pulga.
Vivía a unas cuadras de mi casa, en un barrio incipiente, hecho a fuerza de pulmón, con los retazos que juntaban los viejos en los atardeceres cómplices.
Parecía un carbón encendido cuando los ojos pícaros se iluminaban al patear la pelota.
Yo nunca entendí nada de fútbol. Ni me importaba. Pero verlo era una fiesta.
Parecía danzar una coreografía de Julio Bocca cuando se deslizaba por el baldío lleno de rosetas.
Tiempo después, me mudé más cerca del centro de General Pico. Y me olvidé del bailarín futbolero. Para colmo, ni sabía su nombre.
Dos días antes de la muerte de mi viejo, fanático de River, me dieron la titularidad en la Escuela Nº 111, esa que tanto me recordaba a la primaria en mi pequeño pueblo.
Aunque reconozco que la docencia no fue mi verdadera vocación, siempre le puse garra y pasión. Como el bailarín en la cancha, como mi viejo gritándole a Francéscoli o a Fillol.
Es que el hecho de trabajar con pibes era un milagro cotidiano.
Yo era el maestro de Lengua, ratón de biblioteca, típico patadura que sólo podía hablar de fútbol leyendo cuentos de grandes autores como Soriano, Fontanarrosa o Galeano.
Eso sí, esos cuentos eran infalibles. Emocionaban por igual a los varones y a las chicas.
Así que yo acudía seguido a su maravillosa herramienta para acallar las hordas. Y meterlas de a poco en la literatura, tras la ilusión de perseguir una pelota.
Una mañana soleada de principios de octubre, mientras disfrutaba de una hora libre tomándome unos mates, se me dio por observar a mis alumnos que jugaban al fútbol con el profesor de Educación Física.
De pronto, algo me resultó familiar. Esas gambetas, ese malabarismo de piernas y pelota, la escabullida entre los adversarios, el tiro mortal al arco contrario, no podían ser imitaciones.
Eran una pieza única de orfebrería canchera.
Había crecido mucho, pero al acercarme, reconocí las brasas en sus ojos.
De puro porfiado, le pregunté dónde vivía. Y él, riéndose, me dijo:
- A seis cuadras de su casa de antes, profe.
Era él, nomás. Así que Jonathan Flores era el contorsionista del baldío. Me alegró reencontrarlo entre mis alumnos. A los pocos días descubrí que lo llamaban el “Mara”.
- ¿Mara? –dije- ¿La liebre patagónica? ¿Por el departamento Maracó?
- Profe, usted lee mucho, pero de fútbol no sabe nada. Le decimos Mara por el Diego. ¿No vio cómo juega?
Sí, claro que lo había visto y también me había conmovido.
Pero una cosa eran la cancha, los penales, la pelota. En el aula, el asunto se complicaba. No sólo porque los números y las letras se enredaban en su cabecita, sino por las zapatillas sin marca, el pantalón emparchado y, muchas veces, la ausencia de jabón.
Justo había caído en un curso de “niños bien” a los que les gustaban más el rugby o el básquet, porque el fútbol era villero.
Yo sentía que tenía que hacer algo, pero no le encontraba la vuelta. Hasta que tuve una idea y sin dar demasiados detalles, los organicé en grupos.
Nicolás, un fanático de Mozart, se plantó con sus catorce años y me dijo:
- Profe, yo no voy a hacer grupo con el Mara Flores.
- ¿Por qué?
- Porque es un negro de mierda que ni se baña, es un burro y la madre es una…
- ¡Nicolás! No podés ser tan prejuicioso y discriminatorio. A la gente, primero hay que conocerla. Todos tenemos algo bueno para brindar. Tenés todo el fin de semana para reflexionar, porque el lunes comienza el trabajo.
El padre de Nicolás era un colega, así que le sugerí que hablara con él.
El lunes, Nicolás llegó con trompa y, sin mediar palabra, se sentó con el Mara.
Les expliqué el trabajo. Era un pequeño certamen urdido “ad hoc”: tenían que escribir un poema sobre fútbol que luego, en un acto público, en el centro cultural, cada grupo expondría a elección: podrían recitarlo, ilustrarlo, musicalizarlo o dramatizarlo.
Para mi sorpresa, el día de la muestra, Nicolás leyó el poema mientras el Mara hipnotizaba a los presentes con sus proezas.
Ganaron por ovación. Y como premio, hicieron un viaje a las Sierras de Lihuel Calel, en el suroeste pampeano. La sierra de la vida. Allí, entre fantasmas mapuches y flores silvestres con perfume a leyenda, ocurrió un milagro.
Ya de regreso, Nicolás me paró en la galería para decirme:
- Tenía razón, profe. A la gente hay que conocerla. El Mara es lo más.
En diciembre de ese año les entregué el diploma de la terminación de la EGB. Al Mara lo seguí viendo hasta que logró aprobar el tendal de materias que no lo dejaban gambetear libremente.
Después supe que vinieron de un club de la Capital a probarlo y se lo llevaron enseguida.
Al principio jugó en tercera, pero no tardó mucho en pasar a la primera división. Y yo, contra todas mis costumbres, comencé a mirar partidos por televisión, solamente por el gusto que me daba ver al Mara.
Pasaron los años y llegó mi jubilación, pero para no perder los hábitos, me uní a la Comisión de Apoyo de la Biblioteca Popular, tanto como para insistir en las bondades de la lectura.
Una tarde, cuando me retiraba, alguien me llamó al cruzar la avenida.
- Profe, Profe Julián.
Me di vuelta y el resplandor de esa mirada me encandiló. Pasado el sobresalto, divisé, aferrada a la mano morena del Mara, a una joven mujer hermosa.
- Profe, le presento a Lucía, mi novia. Estamos esperando un hijo y vine a invitarlo para el casorio. No sabe cómo patea el pendejito, seguro va a ser goleador.
- ¿Y si es chancleta?
- También; ahora las mujeres se animan a todo.
Reímos mientras me daba la participación y los detalles.
Al despedirnos, como por casualidad, me regaló este premio:
- ¡Ah! ¿Sabe quién me sale de padrino? El Nicolás. Se acuerda ¿no?
Cómo no me iba a acordar. Giré rápidamente para no hacer un papelón.
Porque yo, Julián Aguirre, el profesor adusto, me iba a largar a llorar.
Y lloré. De alegría lloré.

domingo, 16 de octubre de 2011

DÍA DE LA MADRE (II)











PARTO

Nace el hijo en la fragua
como un metal precioso y flagelado
y me crezco
y ensancho la palabra
por la cadera brava de la vida.
Entonces resto muertes
a las muerte puntual de cada día.
Nace el hijo y me obliga
a verdecer de nuevo el horizonte.
Se hace cierto el presagio
entre las nueve panzas de los meses.
Vos y yo recreados
redondeamos la suma.
Nace el hijo
y nacemos vos y yo
para siempre.

ÓVULO
(a mi madre)
A cada instante desborda tu ternura
caliente y desprolija.
Tu contorno de vasija hecha a mano
deambula por la casa
como ángel de la guarda.
Tu ternura es un trigal enorme
que multiplica panes.
Hermana de la luna
das el brillo a los otros.

DÍA DE LA MADRE 2011

Esta es la caja de los 5 sentidos, para explotarlos a pleno. Te deseamos un muy pero muy ¡FELIZ DÍA MAMITA! TE AMAMOS + del te amamos que te decimos... Bel - Ra- Lin. 16/10/2011
EL OÍDO











EL GUSTO








EL TACTO










LA VISTA












EL OLFATO



IDEA, PRODUCCIÓN GENERAL Y DIRECCIÓN: BELÉN

CO-GUIONISTAS, ASISTENTES DE DIRECCIÓN, AUSPICIANTES: RAMIRO y MATÍAS











HIJOS



Como una flor abierta



en mi mayor



como una herida de sol naciente



como la vehemencia de la lluvia



en los pequeños charcos de la infancia.



Mis destellos



mis ideas icorruptas



los combatientes días



para saldar las cuentas.



Antes



increíble penitencia



de vientres masacrados y vacíos.



Ahora veo la luz



soy la matriz repleta



estoy embarazada para siempre.















viernes, 14 de octubre de 2011

ESPERANDO



Caen las últimas gotas de la tarde
como penas de cántaro con agua
porque lloran en él todos los pájaros.
Los pájaros de siempre,
aquellos que recorrían los rincones
de niños sin amor.
Sálveme la memoria y el olvido
llegue alivio a este frío desollado.
Venga la luz, la paz y la caricia
la cálida vasija de tus manos
porque no todo es grito ni es locura.
Que alumbre la palabra bienamada
sabedora de íntimos secretos
mientras derrama soles en vocales
con sonido lumínico, estridente.
Es una fiesta, la vida es una fiesta
porque mañana vamos a encontrarnos.

YO, CRISTINA



YO
Por Pepe Eliaschev
10/09/11 - 11:36
Si Cristina Kirchner es reelegida dentro de 42 días y sigue viviendo en la residencia presidencial de Olivos hasta el 10 de diciembre de 2015, marcará un récord difícil de igualar (doce años y medio en la mansión del jefe máximo del país). Conviene tomar sus palabras en serio. Esta semana hubo dos momentos ricos para evaluarla sin intermediarios ni atajos retóricos. Fueron sendos anuncios típicos de los Kirchner desde el primer día de su llegada al gobierno. Presentó el Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial y anunció por cadena nacional el ajuste del importe de la asignación estatal a los niños. En ambas intervenciones usó un total de 9.074palabras. Entre ellas dijo “yo” 42 veces, una vez cada 216 palabras, una autorreferencialidad insuperable. La funcionaria de mayor rango de una república democrática padece una fenomenal estima por sí misma. No es banal reparar en cómo le habla al país. Sus palabras, manierismos y soliloquios son útil herramienta para entenderla y prever cómo seguirá gobernando. Sus discursos de esta semana la muestran en el uso más proverbial de su retórica. Le apasiona monologar por televisión. Apela a herramientas discursivas que transcribo.
Yo ya decía. Esta cosa que vengo yo machacando. Yo misma. Yo que soy la Presidenta. Yo me volvía loca. Yo siempre creo. Yo siempre digo. Como digo yo. La dignidad de los humildes, digo yo. Yo lo decía el otro día. Yo veía a la Evita mirando al sur. Yo por lo menos nunca pretendí ser revolucionaria. Yo estoy convencida. Yo creo. Yo decía porque digo. Por lo menos es lo que yo hago, pensar en los demás. Tal vez, si pensara en mí misma y sola, bueno, no importa… Una llamativa constante: citarse, mencionarse, exponerse, referenciarse, creerse (y una sarta de argentinos pelotudos y chupamedias la idolatran ¡gloria a este pueblo!)
Ahora que incluso antikirchneristas antes críticos del Gobierno tienden a abrirle crédito al “nuevo discurso” presidencial, no es mera indagación psicologista husmear los vericuetos de una personalidad que influye de modo formidable en la marcha del país.
En la Argentina ha sido proverbial destacar las legendarias rabietas de Alfonsín, las míticas ambigüedades de Menem, las indecisiones enervantes de De la Rúa y la ira desbordante de Néstor Kirchner. El seguimiento periodístico de esas subjetividades fue implacable. Cuando Fernando de la Rúa perpetró el crimen imperdonable de equivocar el nombre de pila de la entonces esposa de Marcelo Tinelli, un macizo aparato mediático diagnosticó “¡Alzheimer!”. Feo traspié de De la Rúa: llamó Laura a Paula Robles y quedó incendiado. ¡Pobre diablo, ni siquiera sabía cómo se llamaba la mujer del tipo más popular de la Argentina! Néstor Kirchner habilitó la Casa Rosada para que la troupe tinelliana grabara en el despacho presidencial una serie de gags destinados a escarnecer a De la Rúa, sus olvidos y confusiones. Esta semana, Cristina Kirchner confundió en público al empresario Guillermo Dietrich con el ministro de la Corte Juan Carlos Maqueda. Sería imperdonable asegurar, por eso, que la Presidenta padece deterioro cognitivo.
Hay enunciados presidenciales asombrosos. Como parte de esa costumbre de situarse en el centro del mundo, el papel de la Argentina es sobredimensionado hasta el absurdo por la Presidenta, con agravios a países amigos. Esta semana, por ejemplo, al exaltar los avances educacionales argentinos, dijo que “Brasil tiene una tasa de analfabetismo (…) del 10 por ciento”, España “creo que 5,4” y Colombia “creo que era el 6,6”. ¿Qué necesidad de hacer esas tóxicas comparaciones? ¿No podría por lo menos manejar datos serios? El analfabetismo cayó cuatro puntos en la década de Lula en Brasil, que por su tamaño continental todavía tiene un 9,6% de personas mayores de 10 años que no saben leer ni escribir. En España es analfabeto un 2,2% de la población mayor de 16 años. Colombia admite un 9,6%. Cuando la Presidenta habla de otros países es odiosa y agresiva en sus descorazonadoras improvisaciones.
Impresiona su recurrente victimización hasta en irrelevancias supremas.

Necesitada de usar lentes, como corresponde a una señora
de 58 años, exclama “me voy a poner los anteojos para no equivocarme y que nadie se enoje”. ¿Quién y por qué se habría de enojar porque a su edad debe usarlos? También es visible su proclividad a provocaciones elementales, a partir de las cuales se embarra mal. Define, por ejemplo, a la mujer de su hijo como “una persona a la que quiero mucho, que también es muy peronista, la nuera de mi hijo”. ¿La nuera de su hijo? ¿No será su propia nuera? Al hablar de las universidades, asegura que “jamás osaría poner en duda” su autonomía, “me excomulgarían”. De las excomuniones se ocupa la Iglesia. Dicha autonomía se debate en el Congreso, un poder bastante menos vertical que el clero.

Para el universo conceptual de la Presidenta dar es tener poder y para tener poder hay que dar. Sus palabras lo acreditan: “Ayer me tocó vivir momentos muy, pero muy conmovedores. Fuimos a una casa de María, que seguramente me debe estar mirando por ese televisor pequeño, un televisorcito… Me quiso llevar a su habitación para que la conociera. La dignidad de los humildes, digo yo. Un televisorcito muy pequeño, muy antiguo… me pidió si le podía dar un televisorcito… porque me quería ver más grande, por Canal 7, me dijo, se ve que por otros canales no me deben pasar tanto, además. Pero para María, que me mira por la Televisión Pública, y debe por ahí estar mirándonos en su televisorcito chiquito, vamos a hacerle llegar un televisor más grande”.

Anunció la actualización de las remuneraciones de la asignación “universal” por hijo así: “he decidido (sic) que la asignación tendrá un incremento del 22,7% lo que llevará la asignación de 220 pesos actualmente a 270 a cada uno de nuestros niños”. “He decidido.” No el Estado argentino, los contribuyentes que lo sostienen, el Poder Ejecutivo o el Gobierno. Siempre “yo”, fuerte, terminante, genial, poderoso, creativo, imperial. El “he decidido” implica erogar US$ 735 millones, con lo cual el total en asignaciones llega a más de US$ 5.755 millones.

Yo, primera persona del singular. Es así.