viernes, 7 de octubre de 2011

CONTRADICCIONES o feria de vanidades











El poeta español
en la tarima
desgrana versos que cantan a los pobres.
Un segundo después
tras la mentira de su burgués sentido del humor
hace bromas con autoritarismo
a la mucama
y ella, con la mudez desamparada
de los que acatan y obedecen
dice que sí
y se marcha para cumplir su cometido
sin ejercer derecho a réplica.
Casi me engatusa el poeta barbado y granadino
- con aire de Quijote, sólo un aire -
cuando leyó poemas
que hablaban del dolor desposeído.
Pero luego, ratón de bibliotecas,
cayó en su propia trampa de palabras
y haciéndose el bromista
humilló a la muchacha.
Suerte que me libré de aquella estafa
y pude descubrir la diferencia:
me quedo con el verso silencioso
de la ignota muchacha
y con esa poesía prolongada
escrita en trenzas.
Prefiero su callada dignidad
antes que la soberbia mal vestida
de aquellos versos falsos.

"Todo soberbio esconde en lo profundo un profundo complejo de inferioridad."
Durante mis casi treinta años como docente frente a alumnos jamás creí que yo era la dueña del saber y siempre tuve la mente muy abierta y atenta como para no perder lo que podían enseñarme mis alumnos.

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