OLGA LILIANA REINOSO
(General Pico-La Pampa)
MEMORIA DE LA LUZ
Desde la proa inoportuna del silencio
parpadean exhaustos los pájaros del alba
el sol bosqueja tenues biografías
que la luz, memoriosa, multiplica en gardenias.
Lejanas profecías allá en el tiempo y en los extramuros
protegen tu indefensa forma humana.
No, los sueños aciagos no podrán malherirte
tu júbilo paupérrimo te protege
y en humilde y solemne cercanía
hace la indagación de lo sagrado
como quien sintetiza una fogata en la vida de un fósforo.
No elevarán los estandartes negros
sobre tu mínima presencia carcomida
y escribiremos en los evangelios
la respuesta final y la estrategia.
No será en vano este dolor plural.
No será en vano el llanto.
Ni la muerte.
HABITANTE
Esta tristeza agobia
y entumece
pega un salto mortal
hace malabarismos
con mis gotas inhóspitas de sangre
recoge las frazadas
practica la eutanasia
enreda mis cabellos
con un silbo de arpegios
en invierno.
Esta tristeza tiene un lugar privilegiado
entre las migas que hay en mi bolsillo
y su hojarasca salpimienta de ocre
la fábula inmoral de mi sonrisa.
Es el vestido que luzco en las mañanas
cuando, escondida de los otros,
muero.
Mueren mis ganas de vivir
mueren mis fuerzas
el universo con que adoro al sol
se muere.
Y quedo genuflexa
frente al rostro puntual de la miseria
sin el licor amniótico del beso
o la turgencia de un jazmín del aire.
Está en mi piel
en mis ojeras rubias
en la palpable cruz de los adioses
y en la pregunta retórica
del satélite ancestral.
No puedo erradicarla:
la torturo
clavo alfileres en sus fotos sepias
danzo y canto mortuorias sensaciones
pero ella sobrevive a cada intento.
Y es tan hábil tan licenciada en subterfugios
que nadie cree que me habita.
Siempre.
DISTORSIÓN
Esta mañana
Una alegría
La despertó
Riendo a carcajadas.
Tuvo un presentimiento
Un sentimiento de granizo
Un ahogo falaz
Una sospecha.
Alguien, desde algún sitio
Le escribía señales
Tatuajes en el vientre
Mensajes subrepticios
Como el estigma
Del colegio de monjas.
Todo placer se paga
A cada sonreír le llega un llanto.
Y tuvo tanto miedo
Sintió el espanto atroz de estar
Tan calma
Tan abrazada
A esa felicidad sin ornamentos
Artesanal
Vestida de entrecasa.
Sintió terror.
El pasado es un cuervo
Que siempre acecha la vida.
Y así, mientras el sol resplandecía
Y un invierno amarillo
La invitaba a cantar
Loas al fuego
Ella empezó a llover lánguidamente
Hizo barquitos de papel con su tristeza
Guardada en la cartera
Por las dudas
Y navegó en un mar desventajoso
Luchando con piratas y fantasmas.
Supo que era una trampa
Que nuevamente el búho de la distorsión
La picoteaba.
Pero no pudo sostener la mole
Que cayó desde ningún lugar
Hasta sus hombros
Y agonizó ignorante
Sin atreverse a ver
Con qué descaro
Esa alegría fraudulenta
Se burlaba.
(General Pico-La Pampa)
MEMORIA DE LA LUZ
Desde la proa inoportuna del silencio
parpadean exhaustos los pájaros del alba
el sol bosqueja tenues biografías
que la luz, memoriosa, multiplica en gardenias.
Lejanas profecías allá en el tiempo y en los extramuros
protegen tu indefensa forma humana.
No, los sueños aciagos no podrán malherirte
tu júbilo paupérrimo te protege
y en humilde y solemne cercanía
hace la indagación de lo sagrado
como quien sintetiza una fogata en la vida de un fósforo.
No elevarán los estandartes negros
sobre tu mínima presencia carcomida
y escribiremos en los evangelios
la respuesta final y la estrategia.
No será en vano este dolor plural.
No será en vano el llanto.
Ni la muerte.
HABITANTE
Esta tristeza agobia
y entumece
pega un salto mortal
hace malabarismos
con mis gotas inhóspitas de sangre
recoge las frazadas
practica la eutanasia
enreda mis cabellos
con un silbo de arpegios
en invierno.
Esta tristeza tiene un lugar privilegiado
entre las migas que hay en mi bolsillo
y su hojarasca salpimienta de ocre
la fábula inmoral de mi sonrisa.
Es el vestido que luzco en las mañanas
cuando, escondida de los otros,
muero.
Mueren mis ganas de vivir
mueren mis fuerzas
el universo con que adoro al sol
se muere.
Y quedo genuflexa
frente al rostro puntual de la miseria
sin el licor amniótico del beso
o la turgencia de un jazmín del aire.
Está en mi piel
en mis ojeras rubias
en la palpable cruz de los adioses
y en la pregunta retórica
del satélite ancestral.
No puedo erradicarla:
la torturo
clavo alfileres en sus fotos sepias
danzo y canto mortuorias sensaciones
pero ella sobrevive a cada intento.
Y es tan hábil tan licenciada en subterfugios
que nadie cree que me habita.
Siempre.
DISTORSIÓN
Esta mañana
Una alegría
La despertó
Riendo a carcajadas.
Tuvo un presentimiento
Un sentimiento de granizo
Un ahogo falaz
Una sospecha.
Alguien, desde algún sitio
Le escribía señales
Tatuajes en el vientre
Mensajes subrepticios
Como el estigma
Del colegio de monjas.
Todo placer se paga
A cada sonreír le llega un llanto.
Y tuvo tanto miedo
Sintió el espanto atroz de estar
Tan calma
Tan abrazada
A esa felicidad sin ornamentos
Artesanal
Vestida de entrecasa.
Sintió terror.
El pasado es un cuervo
Que siempre acecha la vida.
Y así, mientras el sol resplandecía
Y un invierno amarillo
La invitaba a cantar
Loas al fuego
Ella empezó a llover lánguidamente
Hizo barquitos de papel con su tristeza
Guardada en la cartera
Por las dudas
Y navegó en un mar desventajoso
Luchando con piratas y fantasmas.
Supo que era una trampa
Que nuevamente el búho de la distorsión
La picoteaba.
Pero no pudo sostener la mole
Que cayó desde ningún lugar
Hasta sus hombros
Y agonizó ignorante
Sin atreverse a ver
Con qué descaro
Esa alegría fraudulenta
Se burlaba.
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