domingo, 4 de diciembre de 2016

SEDA RASGADA

SEDA RASGADA
Busco en las bambalinas
el momento crucial.
Y en la sombra de la herida
el nombre de la navaja.

Busco en tu voz de capullo
el grito que alerte al cosmos
pero solo el dolor queda en escena
con su vestido largo
y sus lágrimas escuálidas.

La prepotencia y sus manos
rasgaron aquella seda.

©Olga Liliana Reinoso

sábado, 17 de septiembre de 2016

VIAJE

VIAJE
Hoy me quiero marchar
sin rumbo
hacia el último sol de los olvidos
emborracharme
de silencios acuosos
y escribir en el río
para que la corriente
sea el ataúd.
Hoy quiero que mi ausencia
se prenda en los ojales
de todos los que alzaron el puñal
y navegar sobre el diluvio
de mis lágrimas
dolor adentro
de la inmensidad.
Hoy quiero que mis palabras tañan
como campanas que doblan.
Y suenen y resuenen
abejorro incansable
martillo que taladre
las impúdicas bocas
los cerebros soeces.
Hoy quiero ser borrón y cuenta nueva
sin maletín ni bolsillo
parca de recuerdos
lacónica de amores
estéril
infecunda
yerma.
©Olga Liliana Reinoso

Naufragio

naufragio
Llora la luna sobre mí su luz desfallecida,
oscuros pájaros de adiós revolotean.
Todo es océano a mi alrededor.
No tengo tu mirada para asirme
no tengo la limosna de tu sol profundo.
El infinito es un color sacrílego
las gamas del estigma y el desprecio.
No hay rescate
en la isla del abrazo incompleto.
Mi espectro muere ante la plata fría
de tu condena.
Sin apelación.
©Olga Liliana Reinoso

miércoles, 31 de agosto de 2016

QUE NUNCA ME LO DIGAN
Que nunca me lo digan los grillos de tu boca
ni la espesura fértil de tu mirada
que jamás lo mencione la nieve de tu pecho
ni algún eco tardío de la lluvia.
Que no lo diga el viento
con su alarde.
Ni el pincel de tu mano
en el papel borroso de la tarde que muere.
Que no me lo confiesen tus sueños desvelados
ni el burdo escalofrío
ni tu trenza descalza.
Tampoco la inocencia fatal de una palabra
o la mueca incipiente de un clavel desbordado
que no lo gima el mustio jinete de la noche
ni la leyenda antigua del río interminable.
Ni siquiera un suspiro
ni un dolor entreabierto.
Ni el llanto de una flor en la penumbra
o el útero encendido de una isla desierta.
Que no nazca, no exista, que agonice
sobre la tiesa palidez de la luna.
Que yo nunca me entere.
Que nunca lo sospeche.
Que no perciba huellas en tu arena
ni el sutil aleteo de una duda lejana
me perturbe la siesta.
Que no brote en el huerto
de la hostil nervadura de una mano que atisba,
que las raíces no sorban
de su savia luctuosa.
Que nunca quede inerme en la falda de un libro
ni tras la empuñadura de una llave secreta.
Menos, en la ominosa brisa de los escándalos.
Que yazga en mis zapatos
pisado y pisoteado.
Que su jabón de hieles
no lastime mis ojos.
Que el abismo lo rapte
que se desangre, lento.
Que mis versos se mueran
antes de mencionarlo.
Que sea la mentira mejor incinerada
en el fragor letal de los olvidos.
©Olga Liliana Reinoso

viernes, 29 de julio de 2016

Te reconoceré

En la lumbre añejada del ocaso
en el concierto de la lluvia
en el andar cansino de tu nombre
en las lunas preñadas
en la visita del silencio
en la oscura paloma del olvido.
También entre las olas de la madrugada
 o en la ventana del abrazo:
En el guiño del viento
en la rosada telaraña de la misericordia
en el dislate de las murmuraciones
en la desobediencia del verano
en la agostada risa.
Cintura de la luz
rosa mentida
serenata de paz
vuelo entrevisto
significado de todas las cosas
penumbra
melodía
agua de azahar
llovizna sempiterna.


©Olga Liliana Reinoso

sábado, 9 de julio de 2016

EL DESVELADO

EL DESVELADO

Desde anoche, mejor, desde la tardecita de ayer que ando desvelado. No, qué va a ser por el bicentenario. Eso lo miré en la tele y me fui a dormir.
Lo que no me cierra es esto del desvelo. ¿Qué es el desvelo? ¿Dónde queda? ¿Para qué se juntan ahí? ¿Quiénes se juntan? ¿Qué estarán complotando? ¿Será la cotraindependencia? ¿O será el libertinaje?
Eso es lo que me tiene desvelado.
La señora es clienta nuestra, docente jubilada, escritora, muy simpática, pero siempre seria, correcta. Nada de cosas raras.
Hasta hoy: “Lléveme al desvelo en la 24 al 2500”.
¿Qué? Se termina Pico, esos son los arrabales, los andurriales, el borde, el margen… Y está por oscurecer. ¿Quién va a un lugar llamado desvelo mientras la noche se apea en un feriado puente víspera del bicentenario de la independencia, con un poncho rojo encima y aduciendo que “es la primera vez”, “que no tiene idea”. “Que son cuentos a la carta de Pajaritos en la cabeza”.
¿Me habrá visto la cara? Me parece que acá hay gato encerrado. ¡Y con relaciones!
La operadora grita desde la radio: ¡¡¡En la guía no está!!!
¿Será que a la jovatela se le dio por revolear el moño con esto de la independencia y me pone en aprietos a mí, que soy un hombre casado?
Ahí está whatsapendo con las “amigas” para que le den referencias. Prontuario tendrían que darle. Pero bueno, quién soy yo para meterme en la vida de nadie si después de todo me paga el viaje y encima me da la primicia de dónde queda el desvelo.
Parece que estamos llegando, ahí bajan otros escritores y andan los periodistas de Corpico. Hay que tener coraje.
De afuera no se ve nada raro, bah, no se ve.
Y siguen entrando muy contentos. Yo me voy a seguir averiguando hasta que se me pase el desvelo.

Última duda: jamás pidió un remis para volver. ¿Quién la trajo? ¿O se quedó a vivir en el Desvelo, desvelada y descocada? Más quisiera…

martes, 31 de mayo de 2016

La ley me lo prohibe: 
nunca voy a olvidarte.
Pero, al menos,
sentá jurisprudencia
para que duela un poco menos
tu recuerdo.

sábado, 28 de mayo de 2016

65

65
En la curva final
o en un atajo
que acorta las distancias
y la vida.
Con una luz
que opaca
y le da brillo
a tan austera soledad.
Estoy aquí.
Sobre una cumbre
que me permite ver
todo el pasado.
Un poco encandilada de futuro
intactas las ideas y las manos
leal a las palabras
y al abrazo.
Desnuda de inconstantes pertenencias
y sin la farsa del pecado original.
Con empatía
con dolor
con dudas.
Acabo de bajar en la estación
de los 65 años.
©Olga Liliana Reinoso

domingo, 22 de mayo de 2016

No preguntes por qué,
de nada vale.
No tengo ni verdades ni mentiras
solo un aguijón hondo en la espesura
donde el dolor se yergue como selva.
Estoy en la frontera
sobre el muro
viendo tu espalda que se aleja rauda.
Y en el peñasco, escrito con mi sangre,
un pedido de amor intraducible.
Las luces agoreras me despiden:
soy el silencio de mi propio grito,
soy la duda perenne.

Y el secreto misil
que estalla entre mis manos.

©Olga Liliana Reinoso


viernes, 20 de mayo de 2016

MONJES NEGROS

MONJES NEGROS
Algo hay en la inhóspita bruma
algo acecha sin tregua
un jadeo
una daga
una mosca.
Un pirómano que enciende los libros
y en su agónica letra
disfruta el orgasmo de la destrucción.
Algo oscuro vomitó el pasado
algún muerto insepulto
la crueldad de intramuros que lastima a destajo.
Ya no alcanza la voz de una madre
narrando leyendas
de antiguos delirios.
La maldición perpetua
los dédalos de sangre vejando las magnolias.
Seres insospechados, multiformes,
nadan en la ventana
sobre un lodo que duele
hasta el último siglo.
©Olga Liliana Reinoso
En el crepúsculo de la lluvia
cantan los pájaros de tus ojos.
Me has regalado la libertad
como un rompecabezas de charquitos.
Salto, igual que una niña,
me mojo la sonrisa
y comprendo que todo tu cinismo
se lava.
Se va tu vida inútil
en los meandros de la tarde
y la cadena que me ataba
se oxida hasta olvidar.
©Olga Liliana Reinoso

jueves, 19 de mayo de 2016

El olor a tomillo
la boca del poniente
tus ojos como aleros
guareciendo mis alas
en la noche entreabierta.
Escándalo de lluvia
en las pieles descalzas
y un trampolín de fuego
para escindir la muerte.


©Olga Liliana Reinoso

LA MAÑANA

LA MAÑANA
 
La noche dice adiós
y se desnuda.

Cuelga su lencería de luciérnagas
y de su  impenetrable terciopelo
llueven pétalos azules y violetas.
Abre sus piernas en el horizonte
y da a luz una niña
que crece luminosa.

Entre gasas brillantes,
transparentes,
menea la doncella  su donosura.
Bebe diamantes
azula el mar, el cielo.
Y danza.

Convertida en gaviota,
picotea de amor
al nuevo día.


©Olga Liliana Reinoso

INSTANTES

INSTANTES
I
Tengo una luna azul
un mediodía
esta banalidad
esta premura
y una alegría frugal en la sonrisa.
II
Si la felicidad es un relámpago
y la pena es incienso.
Y es eterna.
Quiero tu aroma de frutal maduro
para saciar mi soledad repleta.


©Olga Liliana Reinoso



miércoles, 18 de mayo de 2016

recorrido

RECORRIDO

Quiero que des una vuelta por mi pena
que la recorras toda
que la midan tus pasos
que la toquen tus dedos
que la escuches temblar.

Quiero que te animes a mirarla de frente.

Yo sé que nunca volverás a dormir
que su fantasma morderá tus huesos
y en la conciencia llevarás la piedra
como Sísifo, como Sísifo.

Mi pena es toda tuya.

Es tu obra de arte.

lunes, 16 de mayo de 2016

mariposa

Poné tu corazón bajo la lluvia.
Dejalo que se lave.
Tal vez así se escurran con el agua
tantas inequidades.
Y chapaleando entre los charcos
regresará la infancia.
Prendela en el ojal de la utopía y bailá
sin temor, batiendo alas.
No te prometo nada
-nunca lo hice-
pero tengo un sutil presentimiento.
Que podrás abrazarme como antes
y en tu pecho de flor amanecida
se posará mi risa
como una mariposa.

domingo, 15 de mayo de 2016

QUEMA

QUEMA

Por voluntad ajena ardo en la pira de los desconsuelos
unos ojos cegados por el odio encendieron la llama.
Duele y no duele.
El hartazgo puede ser un eficiente paliativo
ante la ingratitud.
Gota a gota derramé el óleo de mi amor
para esculpir en esa torva sombra luces esenciales.
Y vacié el cántaro de la ternura espolvoreando sobre antiguas cicatrices.
Todo fue en vano. Las campanas doblaron
al paso del cadáver de lo que nunca fue.
Se ausentaron los trinos y feneció la hierba pisoteada.
Ya perdí hasta la génesis de la tragedia
 las esquirlas de la culpa se ahogaron con el llanto vagabundo
que huyó por andurriales de cristales rotos.
La sangre coagulada ya no es sangre
es un instante mudo en que se aquieta la maldad.
Allí suspiran los lacayos de todas las mentiras.
Allí reina la hiel de la injusticia.
Allí solo nos queda la orfandad.


©Olga Liliana Reinoso

viernes, 6 de mayo de 2016

GATO FIEL

GATO FIEL

Apoyada en la luna del cristal
se refleja, indolente, la tarde y su agonía.
Las femeninas formas de las nubes preñadas
y el arañar del viento en las palmeras.
Aroma de café, tibieza extrema
que se nutre de abrazos otoñales.
En el televisor no hay fútbol,
solo el apocalipsis.
Escucho las palabras
y una triste poesía
se acurruca en los pies de mi esperanza
gato fiel que maúlla la llovizna

en el minuto exacto de la muerte.

domingo, 10 de abril de 2016

UNA APRENDE

UNA APRENDE

Lento, pero viene.
El saber, la luz del entendimiento.
Como un parto con dolor. Vienen.
En la poesía como en la vida, en la política como en el amor: hay falsos profetas, cantos de sirena, falsos abrazos de oso, tequiero prostituídos.
Y una aprende.
Los mismos que te abrazan se hacen camperas de cuero con tu cuero, te cantan loas y te estafan, se aprovechan de tu antiviveza criolla, de tu culto por la dignidad y la honradez, de esta manía de ser sincera a ultranza, izando el corazón para que flamee a los cuatro vientos y los cancerberos lo deglutan uva a uva como a una víctima propiciatoria, racimo de estupidez para los  presuntos dueños de la verdad absoluta que ni siquiera tienen el decoro de aplicar, de tanto en tanto, el beneficio de la duda.
He aquí la diferencia.
Y entre las sombras pérfidas, en la clandestinidad más deshonrada, horadan tus poros e inoculan el veneno de la desconfianza, virus letal que, como una lepra, te va carcomiendo. Y así ves crecer en tu jardín inocuo, ramitas de sospecha.
 La sospecha es como las ratitas domésticas. No las ves, pero escuchás sus sordos ruidos las veinticuatro horas, también cuando estás dormida, porque se acobachan en tu cerebro, en tu glotis, en el flujo menstrual, en la saliva, en el intestino grueso y en el delgado también.
Sospecha: rata asquerosa, abrevadero del insomnio, te hace su esclava para siempre.
También es un abuso: intelectual, cerebral, genital, afectivo, gutural, ideológico, estomacal.
Lentamente, una aprende.
Y se da un baño de inmersión en la pila de la indiferencia. Y así como antes corregía faltas ortográficas, comienza a tachar nombres o a ponerse el chaleco antibalas para preservarse de ciertos encontronazos.
Una siempre tuvo clara la jerarquía de sus sentimientos e ideas. Primero los hijos, después los amigos y muy despuesito algunas ideas que, como los errores de ortografía, siempre pueden corregirse, mejorarse y hasta cambiarse.
Pero… ¿cambiar un hermano por una idea? ¿Perder un amigo por defender gente que ha hecho de la deslealtad un hábito? ¿Defender lo indefendible en lugar de tender la mano al que está cerca y es capaz de abrazarnos en serio?
No. No. No. Una ya aprendió que no todo lo que brilla es oro y la necedad es tan brillante que enceguece.
A cuidar los afectos verdaderos, a cuidar las palabras que pueden herir a un corazón noble y cercano.
Cada vez es más difícil contar con afectos genuinos. Si los desperdigás por no saber callar a tiempo, si te extralimitás con tus palabras, un día comerás palabras como piedras.
Hay cosas, gente, amores, que se deben preservar. Son la reserva, la referencia, el refugio.
Que el ventarrón nunca te pille a la intemperie. No vaya a ser que ni siquiera te recuerden.
Y eso es morir.

©Olga Liliana Reinoso – Un abril más.


CUCHILLOS

CUCHILLOS
Hoy
todos los naufragios
me caben en la boca
la soledad del mundo
esa insomne demencia de gritar por lo bajo
de buscar como un grillo
la palabra preñada
entre las sillas del salón de baile.
Hoy
de mi paleta se volaron, raudos,
los trágicos colores
los colores brillantes
menos el gris
el bobo, el transeúnte, el invasivo gris
de la tristeza.
Y agonizo en la isla
sin más barco que un viejo
un larguísimo y viejo
interminable adiós.
Los cuchillos que danzan
en la arena del pecho
me abrigan y me ahorcan
se ríen en mi cara.
Los mismos que callaron
los viles que callaron
los hipócritas mudos
me apuntan.
Y disparan.


©Olga Liliana Reinoso

domingo, 13 de marzo de 2016

ESPECTRO

Cómo pudiste transformar mi amor
mi verdadero amor
tan entero, tan eterno, tan incondicional
en este trapo sucio
esta vergüenza
este papel al viento esta cloaca
este amor paria que duerme bajo el puente.
Tus palabras lo hirieron
tus miradas lo pulverizaron
y ando yo con mi pena
embarazada de este amor
otra vez sola
llorando sobre la aridez de tu resentimiento.
Cada minuto pienso en vos
te acuno, te amamanto
y una ráfaga atroz de realidad
te arranca de mis brazos.
Nunca vas a creer que me mataste
que me arrancaste el corazón.
Pero esta que odias
no soy yo, soy el espectro

de la lastimadura.

viernes, 26 de febrero de 2016

EL CARETAJE EXTRAÑAO

Hay tanta mentira prófuga, tanta hipocresía impune, tanta fanfarronada vestida de humildad.
Tanto sepulcro blanqueado cacheteando a los gusanos como si fueran mosquitos, tanto canalla que reza, tanto ladrón con honores, tantos pícaros traidores que ríen a dos mandíbulas.
Y una, estúpida y creyente, con su dolor manifiesto, sin pudor por sus miserias, llorando a moco tendido por haberse confundido, por brindar su corazón al festín del poderoso, ser infecto y asqueroso que vende el alma y la vieja.
Ni vómito reprimido, ni santos en los altares, la soledad es un pozo para respirar profundo y escabullirse del mundo que apenas asco genera, aunque de cualquier manera vivir es una costumbre como morir, viejo Borges, que suele tener la gente inocente o indecente, consciente o condescendiente.
Malaya la suerte mía nacer en la geografía de la gente más careta, inmorales y berretas que estupidizan la mente.
Que nadie tire la piedra, que se vayan a la mierda, todos esos mal nacidos, paridos en mala hora para la gente que llora su humillación cotidiana.
Estoy harta del maltrato, de la burla, del saqueo, de todos los fariseos que prostituyen el templo. Quiero un viento de justicia, quiero quitar la impudicia de los lujosos señores o los pálidos pastores. Y de sucios impostores que mientras llenan sus arcas llaman garcas a los otros porque no hay mejor defensa que un ataque virulento.
Nos ultrajaron, se fueron con las valijas repletas, nos dejaron en TARLIPES, con la autoestima más rota. Y hoy nos rompen las pelotas con banderas profanadas cuando se llevaron todo, el honor y la virtud. Pueblo argentino, salud. Emborrachate de olvido porque sos un descastado, mal querido, mal pagado. Pobre prostituta vieja que no coge ni aconseja, solo reza en el altar triste misa de percal.
A quien me diga qué debo, solo diré lo que bebo: Malbec, té verde y azahar, cocaína, marihuana, agua de tu manantial. Sátrapa, melodramático, degenerado serial, el carnaval no es eterno. Púdrete en el fiel infierno que es tu hábitat natural.

Dejá de joder, hermano. Dejá de joder mi vida, que aunque manzana podrida es fruto del manzanar.

sábado, 20 de febrero de 2016

Homicidio

Truenos, relámpagos, granizo:
sobre mi desvaído corazón.
El desamor de un gran amor
es homicidio.

Enferma terminal

Enferma terminal
Cada palabra
cada gesto
que me niegas
o me arrojas
me arrumba a los suburbios
del amor.
Somos muchas, pero estamos solas;
el dolor es autismo en la manada.
Yo le imploro a la luna sus verdades
y al sol un trago largo de ilusiones.
Solo miedo y silencio me acompañan.
Nadie responde a mi porqué de siglos.