lunes, 29 de octubre de 2012

SONETOS


AMIGOS

Podemos disentir,  ser  camaradas
no amar las mismas cosas, ser honestos
ser reyes hoy, mañana ser depuestos
y reírnos la vida a carcajadas.

Podemos admirar nuestras virtudes
disimular defectos o aceptarlos
beber los buenos vinos, disfrutarlos
reconocernos en las multitudes.

Podemos alejarnos sin los daños
que ocasiona el amor cuando termina
y encontrarnos sin miedo, sin engaños

a la vuelta de un viaje o de una esquina
pues la amistad no muere con los años
y es la clase de amor que no culmina.

©Olga Liliana Reinoso

María con un hijo entre sus brazos
un hijo que murió sin darse cuenta
vida, desnutrición, muerte violenta
gobiernos que asesinan de un zarpazo.

María guardó al hijo en su regazo
con sus manos abrió la tierra lenta
no pudo sopesar en la tormenta
 la justicia brutal y su mazazo.Foto: SONETOS


AMIGOS

Podemos disentir,  ser  camaradas
no amar las mismas cosas, ser honestos
ser reyes hoy, mañana ser depuestos
y reírnos la vida a carcajadas.

Podemos admirar nuestras virtudes
disimular defectos o aceptarlos
beber los buenos vinos, disfrutarlos
reconocernos en las multitudes.

Podemos alejarnos sin los daños
que ocasiona el amor cuando termina
y encontrarnos sin miedo, sin engaños

a la vuelta de un viaje o de una esquina
pues la amistad no muere con los años
y es la clase de amor que no culmina.

©Olga Liliana Reinoso

María con un hijo entre sus brazos
un hijo que murió sin darse cuenta
vida, desnutrición, muerte violenta
gobiernos que asesinan de un zarpazo.

María guardó al hijo en su regazo
con sus manos abrió la tierra lenta
no pudo sopesar en la tormenta
 la justicia brutal y su mazazo.

Nadie escuchó cuando clamaba ayuda
pero la ley la rotuló asesina
y en la cárcel hundió su vida ruda.

Ella ni sabe por dónde camina
nunca supo leer, está desnuda
ante tanto dolor y tanta inquina.
©Olga Liliana Reinoso

Nadie escuchó cuando clamaba ayuda
pero la ley la rotuló asesina
y en la cárcel hundió su vida ruda.

Ella ni sabe por dónde camina
nunca supo leer, está desnuda
ante tanto dolor y tanta inquina.
©Olga Liliana Reinoso

miércoles, 10 de octubre de 2012

EL DOLOR


Es tan grande el dolor
que ni siquiera el vino
puede apagar la sed de llanto.
Es que el dolor no es sólo una maldita palabra:
es soledad, escarnio, estigma, es el fracaso.
Haber fracasado en lo más importante.
Y que no te comprendan
que te juzguen
que no se cumpla ni uno de tus sueños
que el edificio se desmorone
sobre tu cabeza
inútil indefensa.
Dolor es la palabra intraducible
sin acepciones ni connotación
es la  impiedad
el alma en carne viva
los huecos en los ojos
el grito sin la boca
el vejamen en lugar del sexo
 el hierro candente embarazando el vientre.
Y un aborto hecho a mano
a dentelladas, a mordiscos
es el viento soplando a mil km por hora
entre las venas
desgajándote entera.

domingo, 7 de octubre de 2012

CAMILA


Camila

Pequeña flor silvestre y abigarrada
Luchaste contra el viento y la tierra arisca
Tu frágil tallo resistió tormentas
Aferrada a la mano del tronco madre.
Mil combates libraste
Mil maremotos
No hubo eclipse de luna
Que te opacara.
El mar de la discordia y la indiferencia
Azotó tus islotes sin pudor.
Desde el barro del miedo y de la injusticia
Floreció tu perfume, Camila alada.
Hoy es día de fiesta, hoy nace un canto
Para tu alma de pájaro que alienta el vuelo
Quince años de lucha, quince universos
Quince soles radiantes. Triunfó la vida.

©Olga Liliana Reinoso

BURBUJA


BURBUJA

Nada disfruto más:
ver el paisaje humano
detrás de los vidrios de un viejo café.
Del otro lado, el mundo
se entrechoca, se insulta, se acelera.
Yo me resguardo en la burbuja
sin tiempo y sin espacio
envuelta en vahos de café
que me dan energía.
Esa tinta espumosa
recorre los meandros de mi sangre
y vuelve  en soliloquios
que yo concreto en el papel en blanco.
Las horas no transcurren
cuando escribo en la madera endeble
solo mi lapicera corre, rauda,
y  mis ojos otean los caireles
hasta encontrar la palabra
que se niega, se esconde,
y al final me toma por asalto
en un suspiro de literatura.

©Olga Liliana Reinoso

jueves, 4 de octubre de 2012

POEMAS DE CAFÉ


EL CAFÉ DE UNA ESQUINA CUALQUIERA

Él está siempre a mano
para encender una luz verde a la locura
y escaparse del vértigo.
En su taller improvisado es donde nacen
los primeros colores.
Allí van las musas
a coquetear con los poetas.
Y desde el fondo del pocillo
un tango duende nos silba madrugadas.
Allí volvemos a sonreír
a quemarropa
y retomamos la intimidad de los susurros
en esas confesiones sin retoque.
Antes de entrar
colgamos la rutina en el cordón
para salir a escena sin disfraz.
Entre el aroma del café y el cigarrillo
la ciudad se confunde con su gente.
Se humaniza. Llora su desamparo.
Inventa un psicoanálisis.
Y nos pide un minuto de silencio.
©Olga Liliana Reinoso

ORÁCULO
 
Miro la borra de café
y te miro.
Solo agoreras formas del adiós hay en tus ojos.
Las palabras sollozan silenciosas
en la mesa de al lado.
Yo sigo viendo el oráculo moreno
dispuesta a zambullirme.
Vos te sacás la alianza
pagás al mozo
y te perdés en el Leteo de la calle.
Yo pido otra taza espumosa
de veneno.
Sin azúcar.

©Olga Liliana Reinoso

LIRA EN BAR MAYOR Y LUJURIA ALLEGRETTO

Una taza humeante
la lluvia envilecida en los cristales
tu voz era un diamante
gorjeos celestiales
 mareaban mi libido a raudales.

Tus ojos me cercaban
en el temprano ocaso humedecido
mi boca  deseaba
procaz, en tus oídos
saborear tus cristales molidos.

Era la tarde bruma
el sabor del café por cada grieta
rebosante de espuma.
Hasta la acera se quedaba quieta
porque quien mucho abarca poco aprieta.

Una canción ladina
fantasma encadenado a mi pollera
subía por la esquina
de tu enhiesta y valiente cremallera
tirando por los aires la remera.

Mi mano ancló en tu pierna
subió y bajó sin miedo y sin premura
la caricia fue eterna
el mozo nos miraba sin censura.
Digamos: disfrutaba esta locura.

Hubo corte de luces,
la tormenta, solícita, ayudaba
en el baño, de bruces
mi boca en arcabuces:
ímpetu mordedura succión baba.

Llegué a la cima amada
troté por tus praderas incesantes
bebí agua deseada
mis manos maleantes
estrujaron tu piel de caminante.

Volvió la luz, carajo
el bar recuperó su maquillaje
tomamos un atajo
y a guarecernos fuimos, sin peaje
hasta la obscena boca de un carruaje.

Qué modo de gozar
el fuego se expandía en cada grito.
No dejé de remar;
el oleaje del mar era infinito
y recorrí mil veces tu circuito.

Mojados de sudor
nos abrazamos, náufragos del día
me untabas con tu olor
a semen y ambrosía
y eran tus manos nuevas melodías.

De pronto te miré,
casi al pasar te pregunté tu nombre.
-              Soy tu amor, regresé.
-              ¿Vos querés que me asombre? –
-              Dulce panal, apenas sos un hombre.

Salimos bajo el llanto
de los dioses. Me dijiste “llamame”
casi muero de espanto.
Te repliqué: “Buscame,
cuando la urgencia exija que te ame”.


©Olga Liliana Reinoso


martes, 2 de octubre de 2012

El cuartetazo del cacerolazo

http://youtu.be/raaWjqc8AvM


Dos poemas de Jorge Ariel Madrazo

La idea con estas poesías es que se fijen con qué pocos recursos se puede componer una situación cargada de emociones, imágenes e historia.
En el primer caso, Miro tus fotos, un breve poema sin adjetivos.
En Vivir sin vos, unas pocas palabras, un único verbo (guiar) y la composición de un camino que va del “vivir sin vos” al “morir sin mi”.
Ambas poesías están en el libro “Sin vos”:
MIRO TUS FOTOS
cuando parto
desde ellas me despedís
cuando vuelvo
ellas albrician
la bienvenida
si un día muero
desde tus fotos
dormirás mis párpados.
VIVIR SIN VOS
tal
mi extraña ciencia
estado o condición
agua de la
declinación
cuyo fluir
me guía
hacia un
ceniciento
morir sin mí.
Joven intrépido y encantador, feminista a ultranza,
amigo de la juventud y de las variaciones Goldberg,
fuimos a hablar con Jorge Ariel Madrazo sobre su nuevo libro
y nos enseñó a hacer la revolución, aseguró que el tiempo
no existe, y que el poema brilla cuando
el poeta deja de mirar su ombligo.

Leer está antes que escribir. Podríamos decir que vivir está antes que leer. Pero no podés vivir todas las experiencias,
agotar el vaso de la vida y después leer. Hay que hacer las dos cosas al mismo tiempo.
A veces se rinde culto al exabrupto, pero si el exabrupto no está montado sobre la forma adecuada, no sirve de nada.
La forma es el fondo.  Son inevitablemente lo mismo. Si uno pretende escribir un poema revolucionario, y lo escribe
en una forma conservadora pierde todo efecto revolucionario.
Y conservadora no en el sentido de que no deba acatar reglas.
El asunto es que use las reglas de la estructura y el ritmo y la música interna de un poema para que mantenga la eficacia.
Forma conservadora es cuando es una forma escolar que no aprovecha todo lo que aportaron las vanguardias y los grandes
creadores.
La carta abierta de Rodolfo Walsh, si no fuera un gran escritor, no hubiera tenido el efecto que tuvo. Es una pieza magistral.
Tiene un efecto tan brutal, que es como el discurso de Octavio en el Julio César de Shakespeare. Es un crescendo frente
al que no se puede ser indiferente. Hay que utilizar los recursos y los riesgos.
Hay que buscar un motivo concreto, y ese motivo debe ser interno. Encontrar la voz que uno necesita para decir eso,
que tiene tener toda la carga de lo que uno mamó de todos los grandes creadores que han cambiado la poesía:  Rimbaud,
Mallarmé, Apollinaire, Vallejo.
Estoy evitando decir que uno tiene que buscar fórmulas.
Yo creo que la poesía debe llegar al sentimiento. Hay un prejuicio, creo, respecto del sentimiento. Se confunde sentimiento
con sentimentalismo.
Yo creo el poema debe implicar una comunión afectiva, además de una sugerencia tanto
de ideas como de intuiciones, de iluminaciones.
Las variaciones Goldberg de Bach a mí me transportan. Ahora, no quiere decir que sea una música especialmente empática.
Pero hay un juego dialéctico entre los sonidos. Yo creo que la poesía es un juego dialéctico, de fuerzas en tensión que se
tienen que oponer, para que salga una tercera cosa que es lo que sugiere el poema. Por eso creo en el contrapunto,
por eso me gusta el jazz.
El poema que me gusta es el poema que hace un diálogo con sí mismo, que va desarrollando un diálogo como con otro,
y avanza en espiral.
En un diálogo con algo a develar, con una pregunta, con un otro que no está explícito.
Se modificó tanto el sentido de la poesía. Yo creo que ha habido cambios entre las generaciones. Una cosa fueron las vanguardias 
-la del 22 acá, el surrealismo- que creaban lenguajes incomprensibles, pero que respondían a un espíritu de época.
Yo creo que ahora, en las últimas décadas, los poetas, los jóvenes, fueron más bien discutiendo entre ellos, discutiendo entre nosotros.
No porque se escriba necesariamente más difícil. Se ha caído en una discusión muy entre poetas. Antes el poeta, aunque se engañara,
quería llegar. Ahora, como no nos engañamos mucho en llegar, se ha convertido un poco en una discusión de cenáculo, la discusión
entre los poetas.

Ayer decías Mañana
En todo bien hay una carencia. Yo creo que los más grandes poemas de amor son los poemas de desamor. Creo que en toda sensación
de plenitud, en todo momento placentero, está implícito el temor a perderlo. En toda relación está muy latente el miedo. Si uno no tuviera
el temor a la pérdida no escribiría. No escribiría siempre en la plenitud.
Se ha combatido más de una vez la idea de que se escribe desde la falta. De hecho, se escribe desde la salud. Ahora, no estoy tan seguro
de que uno escriba desde la felicidad. 
Es decir, yo creo que en el fondo, cuando uno escribe desde la felicidad es por el temor a perderla
o por algún hueco que siente ahí. Es como la persona que en mitad de la fiesta se siente solo, y ve a los otros bailar. Una vez me tocó estar
en una fiesta, pero muy lejos de las parejas que bailaban.
Yo estaba sentado en un sillón, y en un salón estaban bailando. Y de repente sentí la extrañeza de ver a un grupo de robots bailar sin música.
Tuve la sensación de ser un visitante de otro planeta. Y creo que eso es el impulso a escribir.
Pero no digo, que uno tenga que escribir en torno al yo, o de lo personal. Siempre se escribe desde uno, eso es inevitable.
Cuanto más se salga creo que es mejor. Cuanto más se despersonalice. Pero tampoco se puede lograr por medios ficticios; no puedo decidir
quitar la palabra “yo”.
A mí me gusta Pessoa. Hay una enorme capacidad en no caer en el confesionalismo. Lo cual no quiere decir que uno no pueda hablar
de sus dolores personales. El tema es no sentirse ombligo del mundo.
En Ayer decías mañana está el tiempo. Por ejemplo, hay una sección que se llama “Ella jura que el tiempo no existe”. Lleva una cita de Celan:
“El tiempo / y ¿cómo no?/ tiene también una hora para nosotros/ aquí, en la ciudad de arena”. Y la sección abre con un "Y dijo ella, con enormes pupilas:/
¿no será tal vez el Tiempo, supersticiosa ilusión, engañifa acariciada / en arenas de tu mente? ¿Y qué si nacimiento madurez finitud / más dicen de tus ojos imperfectos que/ de una Forma / resquebrajándose / en calendas   trizaduras/ del vivir?"
El tiempo es una construcción del imaginario cultural. Vivimos en una cultura que mama del positivismo, por lo cual imaginamos todo como una línea
de progreso, entonces creemos que el tiempo es una línea hacia delante. Para mí el tiempo va en espiral, y no sé si no puede ir para atrás.
Pero además, es una ficción, el pasado no existe. El pasado solamente existe a través de residuos materiales, testimoniales que dicen que esto pasó.
Porque encontrás una ciudad debajo de otra, o porque encontrás una foto tuya de hace diez años.
Ya no existe ese momento, la foto se ve desde el hoy. Las ruinas se excavan desde el hoy. El recuerdo es una invención del pasado.
Pero vos estás inventando ese pasado. Eso es lo que también hace uno en el poema.
Por eso es tan absurdo tomar la nostalgia como un valor del reino perdido. No hay un reino perdido, hay un horror que uno idealiza
y que llamamos infancia, donde nunca uno sufrió tanto como en esa etapa, pero que algunos idealizan. Uno se olvida de lo que sufrió
en la infancia: de los dolores, de las humillaciones, de los miedos. En ninguna época de la vida, uno está tan desvalido; en ninguna
época uno es tan incomprendido que cuando se es chico. Nadie te entiende. O te subestiman. Yo soy femenista a ultranza, pero veo las mamás,
con los nenes por la calle, y me dan ganas de pegarles: “caminá bien, pórtate bien”.
Tanto la mitificación de la infancia como el engolosinamiento de la nostalgia, que son quizás los elementos poéticos más fuertes, tomados
como eje son netamente peligrosos. 
Realmente, como decía antes, uno habla desde uno pero debe trascender a uno, pero no por un imperativo ético o ideológico,
sino porque el propio ombligo no tiene tanta riqueza.
La lucidez respecto de que todo es un préstamo momentáneo, puede ser enfermizo si  uno piensa mucho en eso. Si uno está pasando
una noche hermosa, con la persona amada, con velas, y vino, y música de Vivaldi, y si uno piensa, “puta, ¿cuánto puede durar esto?”
es un jodido. Pero en el fondo del almita, está la conciencia de que uno justamente se pone las pilas para vivirlo al mango porque sabe
que es pasajero. En ese momento tan hermoso, uno es consciente de que debe vivirlo con mucha felicidad, hay como un mandato interno.
Este es un poco el tema.

            
  
Ediciones Lamás Médula

IMPORTAN DOS MANERAS DE CONCEBIR EL MUNDO



Algunos creen que ser decente, solidario, correcto, responsable, colaborador, respetuoso de las normas y de los otros, es sinónimo de estupidez.
¿Somos estúpidos si hacemos las cosas bien? ¿No será hora de poner las cosas en su lugar y dejar de aplaudir al sinvergüenza, al vividor, al inescrupuloso? Si esos tipos nos parecen “vivos, piolas, cancheros” ¿quién tiene el desajuste de valores? ¿Ellos, que han hecho de la inmoralidad su modus operandi, o nosotros, que  proclamamos ser impolutos?
Si tenemos en claro que esa conducta es vil y perjudica a toda la sociedad, no podemos tener dudas, no podemos ser hipócritas.
¿Qué presuponen expresiones como “no hay nada que hacer” o “ya está todo cocinado” sino resignación, conformismo, comodidad, falta de fe en nuestras fuerzas y, en el peor de los casos, complicidad?
Hay dos frases de dos grandes hombres que ilustran lo ya dicho:
EL que ve el mal y no hace nada, hace el mal – Martin Luther King.
Lo peor de las cosas malas que hace la gente mala, es el silencio de la gente buena.   Mahatma Ghandi.
El dinero, el consumismo, han infectado todo con su virus mortal. Todo parece tener precio, todo parece estar en venta.
Sin embargo, aún quedan muchísimos bienes no mensurables en dinero y mucha gente que trabaja por amor al arte y por amor al prójimo.
Esa es la gente que sostiene a nuestro vapuleado país.
Importan dos maneras de concebir el mundo. Una, salvarse solo, arrojar ciegamente los demás de la barca. Otra, un destino de salvarse con todos, comprometer la vida hasta el último náufrago.  (Armando Tejada Gómez).
Es que en la lucha entre el bien y el mal, no siempre gana este último, pero eso sí, tiene mucha prensa.
Si los medios de comunicación pusieran el acento en tantos seres anónimos que actúan correctamente, otra sería la sensación térmica, y nuestros jóvenes no tendrían ausencia de ejemplos y modelos.

©Olga Liliana Reinoso

lunes, 1 de octubre de 2012

NOCTURNIDAD







NOCTURNIDAD
Cae la oscuridad
como un largo vestido sobre el parquet.
Y desde las alcantarillas suben en procesión las sombras .
Un grito silencioso
rasga el tul titilante que alumbra entre los álamos.
Es una noche hecha para morir
o para amar.
Tal vez para morir de amor.
Noche de hamacas en parques solitarios
noche de serenatas de Romeo a Julieta
noche para saborear  Malbec a la luz de un farol.
De perfumes azules,
de luciérnagas, magnolias, confesiones o secuestros.
Desde la jungla de un balcón
una mirada recorre con parsimonia
las dagas de platino
que hieren los manantiales.
Hombre o mujer
entona  endechas descalzas que suben por los postigos
para gritar verdades
en  la sonrisa de toda la galaxia.
De las flores de un ciruelo
se escucha  a Piazzolla con “Años de soledad” .
©Olga Liliana Reinoso