domingo, 15 de mayo de 2016

QUEMA

QUEMA

Por voluntad ajena ardo en la pira de los desconsuelos
unos ojos cegados por el odio encendieron la llama.
Duele y no duele.
El hartazgo puede ser un eficiente paliativo
ante la ingratitud.
Gota a gota derramé el óleo de mi amor
para esculpir en esa torva sombra luces esenciales.
Y vacié el cántaro de la ternura espolvoreando sobre antiguas cicatrices.
Todo fue en vano. Las campanas doblaron
al paso del cadáver de lo que nunca fue.
Se ausentaron los trinos y feneció la hierba pisoteada.
Ya perdí hasta la génesis de la tragedia
 las esquirlas de la culpa se ahogaron con el llanto vagabundo
que huyó por andurriales de cristales rotos.
La sangre coagulada ya no es sangre
es un instante mudo en que se aquieta la maldad.
Allí suspiran los lacayos de todas las mentiras.
Allí reina la hiel de la injusticia.
Allí solo nos queda la orfandad.


©Olga Liliana Reinoso

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Bienvenida. Te deseo mucha suerte.