domingo, 11 de octubre de 2009

GRACIAS, ISABEL

Querida amiga, estoy con vos aunque sólo lo puedas ver con los ojos cerrados, pero los sentidos despiertos no adormecidos, te cuento que en tantos tiempos donde a uno se le bambolea la balsa y el oleaje nos desacomoda muchas veces, donde el sol es demasiado fuerte y no se asoma detrás de las nubes, donde la sed te hace alucinar y ver caminos que nos llevan al “destierro” te cuento amiga que desde el alma en otros momentos la calma llega y una luz nueva comienza a brillar despacito al principio, una casi ni la percibe ya que es como que se acostumbró al oscuro, a la humedad del llanto, a la sequedad del corazón triste, pero esperala, deja que te llegue ese momento, no te hundas en el barro podrido, pero sabe que también si así fuere la flor de loto de allí bellamente florece, deja que tu alma llore sin olvidar que sos importante y te amamos muchos y necesitamos aquí con nosotros por el tiempo que el TATA disponga para tu partida y si recién ahí será tu tiempo de reencuentro con las almas que ahora lloras aquí en este cuerpo, sembrá flores, hacé pan casero, escuchá música, andá al hospital a ayudar a otro que te necesite más de lo que vos te imagines, soñá con nietos, con hijos con vida, aunque te cueste ver o no veas nada, te comprendo, te entiendo y te acompaño en este tu tiempo de dolor hasta que sea oportuno comenzar a secar tus lágrimas y a aliviar tu corazón , sonreír de nuevo y comenzar a vivir más consciente y con paz para vos y para los tantos demás que te quieren tanto.
Te envío lo que escribí en esos momentos, de los tantos que he tenido en mi vida donde necesité un espacio para que el alma sanara de heridas, no olvides nunca que toda mañana es única e irrepetible pero en toda mañana la claridad aparece porque aunque no lo veamos el sol nace nuevamente para nosotros.
Te quiero, estoy desde el alma para sostenerte siempre hasta que el TATA me dé fuerzas así que por favor tomate tu tiempo pero no dejes demasiado mi mano aferrarse a la tuya más que el que sea necesario para sentir fuerzas para que caminemos juntas pero con tus piernas.
Bendiciones. Cuando estés bien enviame una sonrisa, gracias, gracias, gracias.

Namaste, Isabel.

Se me ha perdido el Poncho

Si por este tiempo no me encuentran, les cuento,
Que se me ha perdido el poncho y lo estoy buscando,
No sé por dónde ni cuánto tiempo me llevará encontrarlo.
Es que por ahí ando despistada caminando la vida,
O quizás demasiado ocupada o preocupada,
Y me distraje mirando para otro lado,
Que no fuese por donde iban mis pasos algo cansados, parece sin dejar marcada, mi huella,
Ya que no logro verlos por la tierra seca,
Por el pasto húmedo, por la sierra, por la llanura,
Ni por el río que humedece mis pies casi todos los días.
He perdido el poncho y no lo encuentro,
Con mucho esfuerzo lo estoy buscando,
Si por ahí lo ves perdido,
Te pido que me avises por este medio;
Mi poncho es suave, trátalo con cariño,
Es débil y fuerte según las circunstancias,
Si le hablas despacito,
Si todavía le regalas una caricia,
Sentirás un susurro de agradecimiento,
Un aroma a jazmín y a madreselva,
Una caricia que te llegue hasta el alma.
Si por este tiempo estoy en otra cosa y no me hallan,
Perdón, es mi tiempo, mi camino,
He perdido el poncho y lo estoy buscando,
No sé por dónde ni cuánto tiempo me llevará encontrarlo.

Isabel Gorordo
5-12-07

1 comentario:

Bienvenida. Te deseo mucha suerte.