jueves, 11 de septiembre de 2014

CAFÉ CON LECHE

Bebo un café con leche
y en cada sorbo nado hacia mi infancia.
Arabescos de fuego,
los delantales blancos
y la escarcha.

Bebo también los días del colegio de monjas:
café y leche con gusto a lágrimas.

El día no despierta
sin el sabor humeante del café con leche.
En la danza de la cucharita
veo las manos de mi abuela
de mi madre
de mi hija.

Y se me ocurre
que este rito del café con leche

es un secreto entre mujeres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Bienvenida. Te deseo mucha suerte.