domingo, 29 de enero de 2012

Despertar en domingo



Cómo disfruto del amanecer
cuando la casa acalla sus quejumbres
y la ventana al sol es una lumbre
que –adolescente tímida- se eleva.
Saborear el café sin más apremios
que una miga de pan y mermelada
mientras pinta sus labios la alborada
y la brisa recita este verano.
Disfrutar del silencio alborotado
de un reciénmedespierto sin palabras
crean o no, digan abracadabra,
apuesto: no me sale un monosílabo.
Me deleita tramar esta jornada
con vaporosos pliegues de esperanza
aunque al correr del tiempo, la añoranza,
me pierda en un constante desvarío.
Siento que el hemisferio se levanta
en circular rodeo por mi cama
descuelgo mi fervor, cuelgo el pijama
mientras se humecta mi ansia dominguera.
Saludo a mis dos perras entrañables,
abro el ordenador, leo poesía.
Qué bella forma de empezar el día
nutriéndome con los callados versos.
Después llega el trajín, los desayunos
preparar el almuerzo sin premura
cocinando al estilo alta costura
bifes, ñoquis, bélicas ensaladas.
La rutina no aplaca mis pudores
me coloca alfileres en la espalda
voto a Quino, sonrío, soy Mafalda.
Díganme: ¿quién me quita lo bailado?
©Olga Liliana Reinoso

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