viernes, 27 de enero de 2012

Romance heptasílabo







Labios aerostáticos
si llueven y me besan
me elevan a otros cielos
de inédita belleza.
El fuego que me brindas
dragón de mis ensueños
es la corriente eléctrica
que da a luz el deseo.
Soy tu animal erótico
tu lujuria y granizo
que derrites ansioso
en la cumbre del trino.
Edificio de ardores
me aferro a tus columnas
y gimo como un gato
a la luna profunda.
Recorro habitaciones
me trepo a tus balcones
y en el vano del tiempo
multiplico tus dones.
Los pliegues de tu seda
arrullan mi intemperie
me visten, me desnudan
me fabrican en serie.
Y clonada en tu boca
de placer y locura
invento precipicios
donde el vértigo inunda.
No quiero que amanezca
mientras, floral, yo te amo
y las horas sollozan
en la luz del orgasmo.
Ojos que colonizan
manos testimoniales
abrazo que idolatra
mi piel en tus altares.
Languidez que me aturde
Faro que me ilumina
somnolencia de tules
susurro que me guía.
Eres el dulce Ulises
que regresa de Ítaca
para anclar en el puerto
donde encalló mi alma.
Lumbre, rescoldo, brasa
certeza del que mira
y al llegar el ocaso
por la playa camina.
Junta flores de insomnio
suspiro afrodisíaco
canciones en el viento
que me susurran: míralo.
Como arcilla obediente
dejo que me moldees
primero en tu mirada
después, mis desnudeces.
Como en el paraíso
nacer de tu costilla
Adán, hombre primero
yo, tu Eva rediviva.
Y en la paz de tu abrazo
ahorcar viejos miedos
con la sabia certeza
de gritar que te quiero.

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