lunes, 6 de octubre de 2014

CREPÚSCULO


¿Qué se muere de mí o qué renace?
¿Qué endechas de la luz me pertenecen?
¿O acaso todo es sombra de la sombra?
¿Qué desenfado alerta se empobrece
ante la claridad oscurecida?
Novia de lluvia, vaga cercanía
con el galope indómito del río.
Algo de mí, algo de vos, se aquieta
se aplaca en la garganta de la tierra
y es paz genuina la voz del horizonte
que con su lejanía nos atrapa.
Recuerdo atardeceres infinitos
atravesando el llano con mi padre;
su silencio azulado me colmaba
Y aún, sé que habita en todos los crepúsculos.
Porque morir es parte de la vida
porque la oscuridad anuncia el día
porque en mi soledad cantan alondras:
atardezco de amor en sol menguante.
Como el rescoldo que mantiene tibias
la esperanza vital y la nostalgia
llueve la tarde sus copiosas gotas
antes de la embriaguez de luna y plata.
Atardecer palabra nieve amores
caricia que mitiga los incendios
paisaje vivo, somnoliento encanto:
Ocaso acaso quizás y todavía.




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